Niños heredan devoción guadalupana en NYC

Angel Maldonado, de 11, lleva años preparándose para su primera Carrera Antorcha en honor a la Virgen del Tepeyac

Angelito  junto al colorido altar a la Virgen de Guadalupe que levantó en su casa.

Angelito junto al colorido altar a la Virgen de Guadalupe que levantó en su casa. Crédito: EDLP / Zaira Cortés

Nueva York — Orgulloso de profesar la fe de sus padres, el niño Angel Maldonado lleva años preparándose para su primera Carrera Antorcha Guadalupana. Angelito, como es conocido en su vecindario de Corona, incluso creó en su casa un colorido altar a la Virgen del Tepeyac.

“Procuro no pedir mucho a la virgencita, sólo que me ayude a aprobar los exámenes difíciles y que cuide de mi familia, en especial de mi hermanito Edwin”, comentó con gran seguridad el chico de 11 años.

Mientras señalaba los diplomas por grados excelentes que cuelgan en la pared de la sala, aseguró que la Virgen escucha sus oraciones. “Estudio con dedicación y cumplo con mis deberes, pero la Guadalupana me ayuda a que no se me olvide lo que aprendí”, enfatizó con una sonrisa.

Angelito demostró devoción a la Virgen Morena desde los primeros años de la infancia. Le influenciaron sus padres Luis y Ludy Maldonado, mexicanos con más de 14 años en Nueva York.

Angel participará hoy en la Carrera Antorcha Guadalupana, un peregrinaje de más de 3,000 millas de México a Nueva York que se celebra desde hace 12 años. Emocionado por ser parte de los 7,000 corredores que dan vida a la tradición, el pequeño devoto se prepara para las inclemencias del tiempo y el agotador recorrido.

“Estoy muy contento de poder vestir el uniforme con la imagen de la virgen”, destacó. “Mi sueño es que el próximo año mi papá tenga el día libre para que pueda correr conmigo”.

La Asociación Tepeyac, organización fundadora de la actividad, está impulsando un proyecto de ley para que el 12 diciembre, día en que se conmemora a la Virgen Morena, se establezca como feriado religioso.

Joel Magallán, director de Tepeyac, destacó que en los últimos años existe una creciente participación de adolescentes de 11 a 18 años en el peregrinaje. Estima que el 10% de los corredores se encuentra en este rango de edad.

El padre de Angelito, explicó que transmitir sus creencias religiosas ayuda a sus hijos a no desapegarse de sus raíces e identidad.

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