Damnificados en East Harlem temen no volver pronto a sus hogares

Los equipos investigativos detectaron concentración de 5% a 20% de gas natural en la zona del desastre

Hasta el viernes, 55 familias desplazadas estaban registradas para recibir asistencia de la ciudad.

Hasta el viernes, 55 familias desplazadas estaban registradas para recibir asistencia de la ciudad. Crédito: Archivo / EDLP

Nueva York — Las autoridades continúan este sábado la investigación para determinar la causa exacta de la explosión que causó el desplome de dos edificios en East Harlem este pasado miércoles, pero la hipótesis de una fuga de gas se mantiene.

En medio del clima de incertidumbre, los afectados desconocen la fecha de cuando volverían a sus hogares.

“El alcalde Bill de Blasio nos dijo a las familias desplazadas que podríamos regresar a casa en una dos o tres semanas, pero nada es seguro”, dijo la mexicana Maire Mendoza, quien vive en uno de los edificios adyacentes a los colapsados. “Mi familia fue ubicada en una departamento de dos habitaciones en El Bronx, luego de pasar dos días en el refugio de la calle 125”.

La oficina del alcalde apuntó que, hasta ayer, 55 familias desplazadas -integradas por un centenar de individuos- estaban registradas para recibir asistencia de la ciudad. La Junta de Bienes Raíces ubicó a algunas de éstas en 34 departamentos, en Manhattan, en términos de “vivienda temporal por tres meses”, pero la ciudad también ofrecerá vivienda a largo plazo.

Robert Sumwalt, vocero de de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), reveló que las pruebas de presión realizadas luego de la explosión del miércoles, indicaron una concentración de 5% a 20% de gas natural en la zona del desastre.

“En condiciones normales los niveles serían de cero”, explicó. “Estos datos refuerzan la hipótesis de que se trataría de una fuga de gas. Será de dos a tres días cuando los investigadores puedan realizar pruebas, de forma segura, que nos lleven a una conclusión”.

Mientras tanto el equipo técnico de Con Edison, bajo la supervisión de NTSB, continúa haciendo pruebas de presión en la línea de distribución a lo largo de la calle 116 entre las avenidas Park y Madison, para determinar si es seguro que los residentes puedan volver a sus hogares, pero las autoridades no ofrecen una fecha probable.

El día del estallido, decenas de testigos indicaron a la prensa que horas -o días antes- de la tragedia se percibía un penetrante olor a gas. Bob McGee, vocero de la empresa de suministro de electricidad, aseguró que, en los registros de los últimos tres años, sólo se encontraron dos quejas en 2011 y 2013 relacionadas con problemas de gas, pero en ambos casos se trató de una situación menor.

Sumwalt agregó que la línea de distribución -fabricada con hierro fundido de 8 pulgadas y paredes de una pulgada de grueso- a lo largo de la avenida Park fue instalada en 1887, pero la antigüedad no sería un factor de riesgo si se mantiene adecuadamente. Sin embargo, el congresista Charles Rangel expresó su preocupación por lo que calificó como una “infraestructura pobre y anticuada”.

“El Congreso ha ignorado por mucho tiempo la urgente necesidad de procurar fondos para la seguridad del público”, sostuvo. “Antes que otra comunidad sufra gran destrucción urge apuntalar nuestra infraestructura del siglo pasado, que simplemente no puede mantenerse al día con las demandas del siglo 21”.

La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte pidió a los testigos de la explosión y residentes de la zona del desastre que percibieron olor a gas, independientemente de sus estatus migratorio, ponerse en contacto con los investigadores escribiendo a la dirección de correo electrónico witness@NTSB.gov

Se mantendrá en absoluta confidencialidad la identidad de las personas que colaboren con sus testimonios.

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