Jubilación, la crisis latente de los hispanos

Los latinos muestran ansiedad ante la falta de ahorros para la jubilación algo que puede ser muy grave cuando esta comunidad envejezca

(Izq. a der.) Los cubanos René Herrera y Francisco Bijira sentados en una banca en las afueras del mercado frutería  Pinareños.

(Izq. a der.) Los cubanos René Herrera y Francisco Bijira sentados en una banca en las afueras del mercado frutería Pinareños.  Crédito: Belhú Sanabria | La Raza

Las noticias no son buenas. La comunidad hispana es más longeva que el resto pero es la que menos preparada está financieramente para jubilarse.

Es decir, se viven más años pero con muchas estrecheces económicas.

La crisis no ha explotado aún porque la comunidad es, en general, muy joven y los lazos familiares ayudan a sobrellevar los años menos activos laboralmente de los mayores. No obstante, está latente, porque el deber de ahorrar para la jubilación en EEUU es algo que atañe a los jóvenes que en varias décadas se retirarán pero siguen sin prepararse para ello y cuando pasen los 67 años de edad serán millones de personas con escasos recursos y muy dependientes de ayudas sociales.

Así lo explican una serie de estudios entre los que destaca el que fue elaborado hace apenas dos años por el National Institute on Retirement Security (NIRS) y que apuntaba que solo el 38% de los hispanos con empleo trabajan para una empresa que ofrece planes de retiro comparado con el 62% de los empleados blancos. Según los datos del departamento de Trabajo la mayoria de los hispanos trabajan en el campo, la construcción y en bares, restaurantes y hoteles, sectores en los que suele haber mucha rotación de puestos, pocos beneficios y normalmente bajos sueldos.

Adicionalmente, el 69% de los hispanos en edad de trabajar no tienen activos en una cuenta de jubilación, el mayor porcentaje de todas las minorías y desde luego muy por detrás de la mayoría blanca. El resultado, según el NIRS es que cuatro de cada cinco hispanos entre 25 y 65 años tienen menos de $10,000 en ahorros para esta época de descanso.

Según una reciente encuesta de AARP en Nueva York, muchos de los hispanos consideran que su estructura de gastos actuales es un obstáculo para su capacidad de ahorrar para la jubilación. El 68% de  las personas que están cerca de los 65 años o acaban de cruzar esa barrera (los baby boomers), y el 74% de los que están apenas a una media de 20 o 25 años para ello (Generación X), se quedan sin dinero después de pagar las cuentas.

Otro freno a los ahorros en cuentas específicas es hacer frente a un gran problema de salud, que con o sin seguro rompe muchos presupuestos familiares, perder el trabajo, pagar deudas o la educación de los hijos. El 28% de los baby boomers, los que ya están jubilados o a punto, creen que el 28% de sus ingresos durante el retiro vendrán del seguro social.

Es relativamente optimista porque aunque el seguro social es capital en la lucha contra la pobreza, el cheque medio apenas asciende a $1,224 al mes, una cantidad que además no todos los años sube porque depende de la inflación. De hecho, en 2016 este beneficio que reciben 65 millones de estadounidenses no subirá por la falta de inflación tal y como está medida y que incluye una gran rebaja de gastos de energía y combustibles. Los ahorros por la caída de los precios de la gasolina es algo que los mayores aprecian solo indirectamente porque normalmente no son conductores.

Los expertos coinciden en que el ahorro tiene que ser parte del presupuesto familiar y que no se puede decicar a ello lo que sobre cuando se hayan planificado otros costos. George Castineiras, de la firma Prudential, suele decir que el mejor momento para empezar a ahorrar para la jubilación es con el primer cheque salarial a los 20 años de edad o cuando sea para crear la rutina de este ahorro.

Expertos consultados por este diario coinciden en reconocer que las familias hispanas tienen un fuerte grado de compromiso con las necesidades de padres e hijos pero explican que la mejor manera de ayuda a los hijos es evitar ser una carga para ellos en el futuro.

Pero estando las cosas como están, el sentimiento que domina a los latinos de la generación baby boomer y Generación X en Nueva York con respecto a la jubilación es la ansiedad, según ha detectado la AARP, una organización que dice que la mayoría de los encuestados, un 77% de los votantes hispanos, apoyaría un plan de ahorro para la jubilación establecido por el estado, similar al plan de ahorros 529 para la universidad, en el que los trabajadores puedan contribuir a una cuenta de jubilación privada gestioanda por profesionales. Una cuenta que pudiera trasladarse de trabajo en trabajo, no tuviera costos mometarios para los contribuyentes y tarifas bajas.

Es decir, una alternativa a los 401k ,o planes de ahorro de empresa, o IRAs que son los que existen  actualmente para planificar los años dorados.

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