El mapa hacia la nominación presidencial favorece a Clinton

Clinton y Sanders prometen luchar por cada voto en los 11 estados en juego el "Super martes" la próxima semana

Bernie Sanders y Hillary Clinton.

Bernie Sanders y Hillary Clinton. Crédito: Archivo | Impremedia

COLUMBIA (Carolina del Sur).- La aplastante victoria de Hillary Clinton en Carolina del Sur, con el apoyo de la comunidad afroamericana, pone en aprietos la “revolución política” que promueve Bernie Sanders y, salvo que recalibre su estrategia, éste podría afrontar nuevas derrotas en el “Super martes” la próxima semana.

Según el cómputo de votos, Clinton obtuvo anoche el 73,5% del voto, acumulando 39 delegados adicionales en su columna, mientras que Sanders logró el 26%, con un total de 14 delegados.

Clinton ganó la primaria demócrata en Carolina del Sur por abrumadora mayoría gracias al apoyo de los afroamericanos.
Clinton ganó la primaria demócrata en Carolina del Sur por abrumadora mayoría gracias al apoyo de los afroamericanos.

Clinton no sólo ganó por amplio margen sino que lo hizo con una mayor ventaja de la que obtuvo en 2008 el presidente Barack Obama: según datos a boca de urna, la exsecretaria de Estado ahora logró una ventaja de 84-16, en comparación con la puntuación de 78-19 de Obama hace ocho años.

Aunque ambos candidatos prometen batallar por cada voto, lo cierto es que el mapa hacia la nominación presidencial del Partido Demócrata ahora favorece a Clinton y complica las cosas para el senador de Vermont, un estado donde el 95% de la población es blanca.

El triunfo de Clinton se debió fundamentalmente a que en Carolina del Sur los votantes afroamericanos conformaron el 62% del electorado –en 2008 eran el 55%,-  y Sanders sigue afrontando problemas para conquistar el apoyo de las minorías.

¿El obituario de una campaña?

Y eso, según analistas, le puede acarrear grandes trabas en seis de los 11 estados del “Super martes”, que tienen altas concentraciones de votantes afroamericanos, como lo son Alabama, Texas, Virginia, Tennessee, Arkansas y Georgia, y en los que Clinton podría lograr otra “barrida”.

A juzgar por sus recientes giras electorales, Sanders apuesta por unas victorias en Colorado, Massachusetts, Minnesota, Oklahoma y Vermont, estados en los que la población afroamericana es menor, pero también lo es el número de delegados repartidos proporcionalmente en cada distrito electoral.

En el llamado “Super martes”, habrá en juego 865 delegados demócratas, del total de 2,383 que se requieren para lograr la nominación presidencial del partido.  Con su tercera victoria, tras ganar también en Iowa y Nevada, Clinton se acerca más a esa meta.

De los 11 estados en juego, Texas supone el “premio mayor” ya que tiene un total de 252 delegados, seguido por Georgia y Massachusetts, con 116 cada uno, y Virginia con 110.

Pero incluso antes de ganar en Carolina del Sur, Clinton ya tenía otra ventaja aritmética, puesto que buena parte de los 712 “super delegados” -funcionarios del partido que puedan votar por cualquier candidato en la convención nacional-, se han comprometido a apoyarla.

Llamado de alerta

Si bien Sanders dijo anoche que la contienda “apenas está comenzando”, su campaña tendrá que realizar ajustes si quiere ganar el apoyo de los afroamericanos y los latinos de forma significativa.

Pese a que Sanders apoyó  la lucha por los derechos civiles -participó en la “Marcha en Washington” en 1963 con Martin Luther King, Jr- , una crítica constante que recibe es que ha estado ausente de los temas más acuciantes para las minorías, y la “revolución” que predica no puede construirse de la noche a la mañana.

Además, Sanders ha concedido pocas entrevistas con medios nacionales dirigidos a ambas minorías, lo que dificulta su conexión y mensaje con estos votantes.

Aunque separados por asuntos culturales y de idioma, los afroamericanos y los latinos suelen afrontar las mismas barreras y problemas de justicia social que impiden su avance pleno en el país. También los une su afiliación ideológica:  el 80% de los afroamericanos comulga con el Partido Demócrata, al igual que el 56% de los hispanos, según un análisis del Centro de Investigación Pew de 2014.

Tanto Clinton como Sanders han conseguido apoyo de importantes celebridades y líderes políticos entre ambas minorías, con la diferencia de que Clinton tiene un historial más extenso y más conocido, según analistas.

Así, el reto para Clinton es continuar afinando su mensaje de lucha contra la injusticia social, repeler los ataques por sus vínculos con las grandes corporaciones,  y tratar de recuperar el terreno perdido entre los votantes jóvenes.

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Resignado ante la derrota, Sanders dijo anoche a los periodistas que lo siguieron a un evento en Minnesota que en la política “a veces se pierde, y a veces se gana”, y su objetivo en el “Super martes” es ganar buena parte de los delegados en juego.

Hasta ahora, Sanders ha alimentado la percepción de que su campaña es viable, pero su derrota en Carolina del Sur podría empezar a cambiar esa narrativa.

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