Después de Bratton

Es la cultura de adentro del NYPD la que tiene que cambiar

El alcalde Bill de Blasio, junto al comisionado Bill Bratton, anunciando el nombramiento de Jimmy O’Neill como nuevo comisionado de la NYPD y de Carlos Gómez como segundo al mando.

El alcalde Bill de Blasio, junto al comisionado Bill Bratton, anunciando el nombramiento de Jimmy O’Neill como nuevo comisionado de la NYPD y de Carlos Gómez como segundo al mando. Crédito: Edwin Martinez | El Diario

Es fácil confundir el legado de un líder con el legado de la institución que dirige.

Si medimos el legado del Comisionado Bill Bratton según los criterios de su profesión ha sido todo un éxito. Trabajó dos veces en la ciudad de Nueva York y una vez en Los Ángeles. El índice de crímenes en Nueva York ha disminuido a niveles históricos. No en balde su decisión de alejarse ahora de una administración que pronto empieza una campaña electoral. Y si medimos éxito como se mide todo en este país – por dinero – el ahora Sr. Bratton es capaz de ganarse un dineral.

Hasta ahí llega cualquier elogio que podrá recibir. Poco énfasis se le presta en la profesión de comisionado de policía a las relaciones comunitarias del pueblo que tiene que aguantar las violaciones constitucionales de los excesos policíacos y, frecuentemente, abusos policíacos. Si eres comisionado de policía y crimen disminuye, pues caminas sobre el agua.

Pero cuando hablamos de líderes de instituciones públicas definiendo legados es más complicado. La empleomanía del Departamento de Policía en Nueva York llega hasta 35,000 uniformados. Es el departamento más grande en el país. Es la cultura dentro de este departamento gigantesco que tiene que cambiar para evitar la desconfianza que existe en gran parte del pueblo latino hacia la policía neoyorquina.

Claro está que cambios de políticas deriven del liderazgo. Pero como señala Darius Charney abogado del Centro de Derechos Constitucionales los cambios necesarios para reformar este departamento tiene que realizarse en cada nivel de esta burocracia aislada. Los litigios que enfrenaron “Stop & Frisk” del Centro y de LatinoJustice, entre otros, establecen las nuevas normas que van a regir el comportamiento de nuestra policía sea quien sea el comisionado.

Es por eso que al corto plazo la comunidad latina va a ver lo mismo que ayer. La política de Bratton de “ventanas rotas” que al enfocarse desproporcionalmente en delitos menores es no más que una política intencional de hostigamiento contra gente pobre, sin ninguna evidencia sólida de ser eficaz en disminuir delitos graves, no va a cambiar.

Pero a largo plazo la reforma policíaca exigida por las cortes, cuando se alzó la comunidad afroamericana y latina, y por legislación, cuando se alzaron los representantes afroamericanos y latinos, es lo que conlleva la mejor promesa de reformar esta enorme institución gubernamental. Sea quien sea el comisionado.

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Abuso Policial Bill Bratton

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