La lucha contra la heroína y opioides

Un heroinómano prepara una dosis  con benzodiacepina y heroína. Cada semana se trafican en el estado unos dos millones de dólares de heroína, procedente de Boston o Nueva York.

Un heroinómano prepara una dosis con benzodiacepina y heroína. Cada semana se trafican en el estado unos dos millones de dólares de heroína, procedente de Boston o Nueva York. Crédito: EFE

La crisis de la heroína y opiáceos en el Estado de Nueva York es un grave problema, difícil de solucionar.

A través de sus ministerios caritativos, la Iglesia Católica ha estado a la vanguardia de la lucha contra la heroína y el abuso de opiáceos en Nueva York, con múltiples programas en las ocho diócesis del estado. Los programas de prevención y consejería para preparación de tratamiento a cargo de Caridades Católicas, ayudan a personas de todas las creencias y están haciendo una gran diferencia para salvar vidas.

En mayo pasado, presenté testimonio ante el Comité del Gobernador en la Lucha contra la Crisis de Heroína y Opiáceos, solicitando la expansión de las iniciativas de rehabilitación a largo plazo, educación, prevención y alcance comunitario; y cambios sistemáticos para limitar las recetas de opioides y eliminar las barreras al tratamiento.

Ahora que la legislación aprobada por el gobernador Cuomo abordará algunas de estas preocupaciones, hay nueva luz y esperanza para los pacientes y sus familiares, así como para los proveedores de salud, tratamiento y servicios sociales.

La nueva ley reduce las recetas de opioides de 30 a siete días, expande los recursos y apoyo para las personas en recuperación (incluyendo 2,335 nuevos espacios para programas de abuso de sustancias en Nueva York), abole la norma de autorización previa de seguro médico para hospitalización por tratamiento inmediato, e impone capacitación obligatoria para los médicos y recetarios sobre el manejo de la adicción y dolor, entre otras medidas importantes.

Pero se debe hacer más. La educación proactiva comenzando en la edad escolar y reforzada hasta llegar a secundaria, es fundamental para lograr que los jóvenes (y sus padres) entiendan los peligros del abuso de sustancias y la adicción. Caridades Católicas ofrece programas exitosos de prevención escolar en muchas áreas del estado, incluyendo el Centro Católico para la Familia en Rochester, y varios programas en la Ciudad de Nueva York y la región del Bajo Hudson. El estado debe ampliar estos esfuerzos.

La eliminación de las recetas sin usar, escuchar a las personas que están en recuperación y los crecientes costos y necesidades de presupuesto para los servicios de rehabilitación, son áreas que también deben mejorarse.

Visita el portal www.nyscatholic.org para encontrar la agencia de Caridades Católicas en tu área.  Desde el creciente uso del medicamento Suboxone, los programas de vivienda transitoria, la consejería preparatoria para tratamiento, y los servicios de asesoría y prevención ambulatorios en diferentes regiones del estado; Caridades Católicas está comprometido con el liderazgo continuo en la administración de servicios para luchar contra esta plaga.

-Vincent Colonno es CEO de Caridades Católicas para la Diócesis de Albany y presidente del Concilio de Directores de Caridades Católicas del Estado de Nueva York.

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