Las mujeres trans no nos quedaremos calladas

Hace más de un mes, yo estaba caminando por la  calle 67 en Queens Heights cuando un hombre armado con un martillo me atacó por ser una mujer transgénero. Cuando él se alejaba, me dijo, “eso es lo que mereces por ser gay”. Me tuvieron que llevar al hospital, y sigo con el trauma del ataque, y con fuertes dolores de cabeza.

Mi historia no es excepcional. Este año, ya llevamos 14 ataques hacia mujeres trans latinas en comunidades inmigrantes de Queens como Jackson Heights y Woodside. Nosotras como mujeres transgénero vivimos con la trágica expectativa sobre lo que nos pueda pasar debido a la homofobia y transfobia en nuestras comunidades y en los precintos policiacos. Como sobreviviente de esta clase de violencia y abuso, estoy aquí para decir: no nos quedaremos callados y exigimos respeto y dignidad.

Estos ataques nos han sucedido por lo regular por la madrugada, saliendo de bares u otros lugares y dirigiéndonos a nuestras casas. Los atacantes regularmente son hombre latinos de menos de 40 años. Estos ataques han incluido navajas, botellas de vidrio, cadenas, martillos, pistolas, y cinturones.

Esta violencia es intolerable, y también nos preocupa la falta de respuesta policial. Cuando hemos sido atacadas, muchas veces la policía no nos toman en cuenta cuando vamos a los precintos locales a hacer algún tipo de reporte. O, cuando hablamos con los detectives, frecuentemente nos denigra por el simple hecho de ser mujeres trans. Y muchas veces no toman los ataques hacia una mujer trans como un crimen de odio. Nosotras nos preguntamos: ¿qué están esperando—que una de nuestras hermanas pierda la vida para ellos darse cuenta que personas trans viven en nuestras comunidades?

Estos ataques hacia las mujeres trans han aumentado—ahora son el triple de los que han sucedido en años anteriores. Por lo tanto,  sentimos mucho miedo de salir a la calle en nuestros barrios.

Nosotras exigimos respeto y un estatus igualitario. Nos tienen que respetar como personas. Deseamos tener comunidades inmigrantes libres de odio, donde nosotras podamos caminar sin ser atacadas o golpeadas—comunidades donde no exista la homofobia y la transfobia, y que se nos abran las puertas para un vivienda digna y un empleo igualitario.

Para lograr eso, necesitamos dos cosas: una respuesta comunitaria y una respuesta policial. En nuestras comunidades, necesitamos que nuestros vecinos nos valoren y protegen. Cuando uno escuche a alguien gritando, o mire a alguien atacando a una persona trans, necesitamos que esa persona nos defienda como un verdadero aliado en nuestra lucha por respeto y dignidad.

Y la policía tiene que cambiar su forma de responder a nuestra comunidad. Los ataques en nuestra contra son absolutamente inaceptables. No vamos a tolerar este abuso, y exigimos respeto y dignidad de la policía que supuestamente está en las calles y los precintos para protegernos.

-Gaby Milena Días es miembro de Se Hace Camino Nueva York.

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