¿Qué son los terrores nocturnos que hacen temblar a los niños?

Quien lo sufre grita, da patadas y manotadas. Tiene los ojos abiertos, pero no está despierto, y tiene el terror en el rostro

pesadilla

Las personas que viven los episodios de terror, no recuerdan nada al día siguiente. Crédito: BBC

Pasaba por lo menos una noche a la semana. Aproximadamente media hora después de acostarse a dormir, Isabel empezaba a gritar en pánico. Asustados, sus padres corrían a su habitación.

A veces, Isabel, de 7 años de edad, también daba patadas y manotadas. Otras, salía del cuarto y empezaba a caminar.

Tenía los ojos abiertos, pero cuando le preguntaban qué le pasaba, sus respuestas eran incoherentes y parecía alterarse más.

En un principio, sus padres creían que sufría de pesadillas, pero la recurrencia e intensidad de los episodios, los llevó a consultar a un médico.

El miedo en el rostro

Fue así como descubrieron que Isabel tenía una condición llamada terrores nocturnos. La Clínica Mayo, en Estados Unidos, los describe como “episodios de miedo intenso en los que la persona grita y se agita estando dormida. Generalmente van de la mano con el sonambulismo “.

Explica que los síntomas, suelen ser los siguientes:

  • Sudores, respiración pesada y pulso agitado
  • Sentarse en la cama
  • Gritar
  • Patear y golpear
  • Dificultad para despertarse. Si se logra, la persona mostrará confusión.
  • Estar inconsolable
  • Mirada fija con los ojos bien abiertos
  • Bajarse de la cama y recorrer la casa
  • Comportamiento agresivo (es más común en el caso de los adultos)

Para los padres o los seres queridos presenciar el episodio puede ser muy traumático, porque el miedo que siente quien lo sufre es muy evidente en su rostro.

Niña escondida
Los niños suelen ser quienes más sufren del trastorno.

No son pesadillas

Científicamente, el trastorno se conoce como parasomnia, que se define como una reacción anormal del sistema nervioso que ocurre durante el sueño.

Es totalmente distinto a las pesadillas. Éstas ocurren en la segunda parte de la noche, en una etapa en la que se puede soñar. Los terrores nocturnos tienen lugar en la primera parte del sueño, en la que no es posible soñar, explica el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés).

El mal sueño se puede recordar a la mañana siguiente, el terror nocturno, no. Los últimos, suelen tener un componente genético.

“Un ataque de terror nocturno puede ser desencadenado por un evento que incremente la duración del tiempo de sueño profundo, como el cansancio, o que haga que el niño se despierte del sueño profundo, como la ansiedad, la emoción o un ruido súbito”, indica el NHS.

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QUÉ HACER CUANDO SE PRESENTA

  • Mantener la calma y esperar hasta que quien sufre el episodio se tranquilice
  • Acompañar a la persona, pero no intervenir ni interactuar con ella, a menos que esté en riesgo de hacerse daño
  • No tratar de despertarla. Probablemente no reconozca al miembro de su familia que está tratando de ayudar y se agite más
  • Una vez que el ataque pasó, es seguro despertar a la persona. Si se duerme profundamente poco después, podría desencadenarse otro episodio.

Fuente: NHS

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De pocos segundos a 20 minutos

La condición es más frecuente en los niños. Según la Asociación Estadounidense del Sueño, aproximadamente un 15% la sufre.

Aunque no es tan común, a los adultos también les puede pasar. De acuerdo a la organización, cuando ocurre, suele obedecer a un evento emocional traumático. Personas con trastornos mentales como depresión, ansiedad y bipolaridad también pueden desarrollar los terrores nocturnos.

El episodio puede durar hasta 20 minutos. Una vez que finaliza, la persona puede volver a caer en un sueño profundo. Si despierta, puede sufrir de amnesia por pocos minutos y olvidar su nombre o el lugar en el que se encuentran”, indica la asociación.

Tratamientos

La posibilidad de que la persona se haga daño, o se lo haga a los demás, y una somnolencia excesiva al día siguiente que dificulta las actividades regulares y causa problemas con las mismas, son algunas de las consecuencias que pueden tener estos episodios, según la Clínica Mayo.

Si afectan en extremo la rutina de quien lo sufre, el centro médico recomienda los siguientes tratamientos:

  • Tratar la condición que podría estar generando los terrores nocturnos, como algún otro trastorno del sueño
  • Descansar suficiente
  • Tratar el estrés y la ansiedad que pueden estar generando los episodios
  • Eventualmente, medicación.

En la mayoría de los casos, sin embargo, los niños suelen superarlo en la medida en la que crecen.

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