Los latinos también desperdiciamos mucha comida en Acción de Gracias

Eso de que es "mejor que sobre a que no que falte" hay que dejarlo en el pasado

LOS ÁNGELES – La frase, tan de madre latina, “mejor que sobre que no que falte” es una de las responsables de que se desperdicie cerca de un tercio de los alimentos que, nunca mejor dicho, adornan la mesa del día de Acción de Gracias.

Por ello, activistas hacen un llamado a los consumidores latinos para que no desperdicien comida en esta marcada celebración que los hispanos han adoptado.

“Por naturaleza somos vastos para cocinar, uno de los mayores temores es que nos critiquen y que digan que en nuestra mesa no hay suficiente comida y bebida en una celebración”, explica Carlos Haro, experto en culinaria mexicana y dueño del restaurante Casa Blanca en Los Ángeles.

La colombiana Estella González comparte la reflexión de Haro, pues siempre es mejor pasarse por exceso que por defecto cuando se trata de comida y de festejos.

No obstante, el problema de los desperdicios es tan grande que se ha convertido en un reto para defensores del medio ambiente y el mismo gobierno, que intenta reducir el 50% del desperdicio de comida para el año 2030.

“Es muy importante reconocer la importancia que tiene para todos nosotros la comida, y cómo el desperdicio no sólo está arruinando el medio ambiente sino también está afectando a nuestra familia”, indica Danielle Nierenberg, presidenta del grupo FoodTank, que busca educar a los consumidores sobre una correcta alimentación.

Se tira a la basura el 35% del pavo

El Departamento de Agricultura federal (USDA, sigla en inglés) proyecta que, de los más de 700 millones de libras de pavo que se compran para celebrar este día, el 35% terminará en la basura o vertederos. Y el desperdicio no sólo es de la carne, sino también en los alimentos que la acompañan.

Haro explica que, pese a que el pavo o guajolote se utiliza en la culinaria mexicana, la forma de preparación en Estados Unidos no es del gusto de muchos comensales, lo que obliga a muchas familias inmigrantes a agregar al menú platos autóctonos de cada país.

“En una mesa de familia mexicana vas a encontrar tamales y otros platos que son propios de nuestra región, a esto le sumas los alimentos tradicionales de este día, entonces es una mesa muy grande”, indica.

En este sentido, González asegura que este jueves ofrecerá a sus invitados el tradicional pavo, pero también tendrá comida mexicana y colombiana, una mezcla que muestra la composición de su familia.

Un informe de la organización Barilla Center for Food & Nutrition encontró que una persona en Estados Unidos desperdicia al año 110 kilogramos de alimentos comestibles.

Ante estos números, FoodTank reveló una serie de consejos que podrían contribuir a las familias a controlar el desperdicio.

La primera recomendación es establecer un plan sobre qué se va a cocinar y la cantidad de invitados que llegarán al festejo. No obstante, esta sugerencia estaría contradiciendo otra tradición hispana.

“Siempre estamos con las puertas abiertas, llega toda la familia y amigos, los latinos no confirmamos cuántos vienen a la fiesta, siempre cocino un plato extra por si alguien más llega”, advierte Gonzales.

Después de establecer el número de personas que llegarán a la mesa, los expertos aconsejan revisar los ingredientes que ya tiene en el refrigerador y la alacena, pues hacer la lista con las cantidades precisas le permitirá al consumidor una compra más ajustada.

Sin embargo, Haro explica que este es otro gran obstáculo al que se enfrentan las familias, el tamaño en el que se venden los alimentos.

“El mejor ejemplo es el pavo, no puedes encontrar uno del tamaño de un pollo, así que si la cena es para cuatro personas, el pavo va estar grande, lo mismo pasa con el relleno y otras cosas”, lamenta.

Entre las sugerencias también está permitir a los invitados servirse a su gusto, para que puedan consumir todo el plato y no haya desechos.

Además, los activistas recomiendan no descartar los restos de comida, que siempre se pueden consumir otro día.

“También se pude donar la comida que sobró a organizaciones o bancos de comida que dan de comer a los menos favorecidos. Es tiempo de agradecer y esta es una forma”, recuerda Nierenberg.

Por su parte, Haro recomienda aplicar un poco de la culinaria latina para hacer que las sobras se conviertan en una comida apetecible para otros días.

“Hace parte del ingenio de la cocina, una torta de pavo, o que tal un buen mole para aplicarle al pavo hace de su próxima comida otra celebración”, sugiere.

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