Asamblea Estatal analiza crisis de estudiantes endeudados

La legislatura comenzó audiencias para buscar cómo promover iniciativas que ayuden a los universitarios

Martita Abril tiene una deuda estudiantil de $20,000

Martita Abril tiene una deuda estudiantil de $20,000  Crédito: Edwin Martínez | El Diario

Cuando Martita Abril terminó la escuela secundaria, quiso cumplir su sueño de convertirse en bailarina profesional estudiando bellas artes en la universidad. Y aunque hoy trabaja como maestra de baile en una escuela de Brooklyn, tiene una deuda de más de $20,000 que no la deja tranquila.

Aunque la docente se siente realizada con su profesión, confiesa que a veces se cuestiona si la decisión de endeudarse fue la más indicada, más ahora que está casada, y por tener ingresos familiares conjuntos le aumentaron el valor de los pagos mensuales.

“Hoy digo, bueno ese préstamo me ayudó con la escuela pero te pones a pensar y creo que hubiera podido haber hecho otras cosas, como seguir trabajando full time para no estar ahora tan endeudada”, comenta la joven de 30 años.

La verdad eso me da mucha ansiedad y más el hecho de saber que por no se cuántos años tendré que estar pagando esas cuotas, además del alquiler, el teléfono y las demás pagos para sobrevivir”, agrega la mexicana, al tiempo que confiesa que tiene que combinar su trabajo con otras labores como ser niñera y emplearse en proyectos de producción para poder cumplir con todos sus gastos.

“Lo bueno es que en comparación con muchos de mis amigos estoy bien, porque muchos de ellos deben hasta 100 mil dólares, habiendo estudiado lo mismo que yo en otras universidades más caras”, dice la maestra, agregando que si pagara tan solo la cuota mínima mensual de su crédito estudiantil, solo se liberaría de la deuda en unos 30 años.

Y entendiendo que son muchas las historias de profesionales que terminan sus estudios con el agua hasta el cuello, este miércoles se llevó a cabo una audiencia en la Asamblea estatal de Nueva York, que servirá como hoja de ruta para crear iniciativas legislativas que ofrezcan soluciones eficientes sobre préstamos de estudiantes y asuntos que garanticen el acceso de más jóvenes a la educación superior.

“Es importante examinar el impacto que el aumento de los costos de educación superior está teniendo en los estudiantes y las familias en todo el estado, al igual que las formas en que las deudas originadas de préstamos estudiantiles se puede reducir”, aseguró la presidenta del Comité de Educación Superior de la Asamblea, Deborah Glick.

La legisladora Anne Simon, comentó por su parte que es importante analizar la efectividad que está teniendo en el estado el programa de asistencia de matrículas, más conocido como TAP, que otorga más de $5,000 de subsidio a los estudiantes, al igual que mirar la viabilidad de propuestas sobre colegios comunitarios gratuitos.

Otros de los puntos que la Asamblea desea revisar tiene que ver con el incumplimiento de préstamos estudiantiles y programas de perdón de becas y préstamos.

Según College Board, es tal la inversión que un estudiante universitario debe hacer anualmente en su formación, que según cifras del año pasado, a nivel nacional el promedio de costos de matrícula y alojamiento en una universidad pública es de $19,548 y $43,921 en universidades privadas.

La situación es tan alarmante entre muchos jóvenes que se endeudan para poder ingresar a la educación superior y que luego comienzan a vivir la pesadilla de los pagos, que según otro reporte de la Oficina del Contralor Estatal, los costos de los préstamos se han duplicado en la última década, registrando un incremento del 112%.

Las estadísticas del estado muestran que en promedio en el 2015 al concluir estudios, un universitario tenía a cuestas una deuda de $32,900, cifra superior al promedio nacional de $29,700.

Ese es el caso de la dominicana Adilka Pimentel, de 27 años, quien en su deseo de convertirse en periodista, no solo hoy tiene una deuda de $40,000, sino que faltándole solo una clase para terminar sus estudios, no pudo graduarse por falta de dinero.

“Yo hice dos años y medio en Morrisville College y luego me cambié al Borough of Manhattan Community College (BMCC) y cuando ya no tenía como seguir estudiando tuve que retirarme”, comenta la caribeña, quien hoy es organizadora comunitaria de jóvenes y quien desde mayo del 2013 vio truncados sus sueños de ser profesional.

“Yo pagué unas cuotas, pero después no pude seguir pagando y la deuda se fue a colección porque los trabajos que tuve no me daban suficiente dinero para pagar”, dijo. “Me gustaría poder regresar a la Universidad y acabar, pero hasta que no pague no podré hacerlo”.

Lo más irónico es que a pesar de las altas tasas de endeudamiento, el número de estudiantes que sigue solicitando préstamos para llegar a la universidad ha crecido en 41% en los últimos 10 años.

Tras la audiencia, donde se oyeron diferentes voces, la Asamblea manifestó su deseo de seguir analizando esta problemática para encontrar soluciones.

“La mayoría en la Asamblea está dispuesta a hacer todo lo posible por los estudiantes del estado de Nueva York para que puedan obtener su educación superior. Por eso se están realizando estas audiencias para ver cuáles son las necesidades de los estudiantes que reciben este tipo de ayuda”, aseguró un vocero de la Legislatura.

Una propuesta de Martita Abril es que a los estudiantes se les de la posibilidad de pagar sus deudas con trabajo social. “Me encantaría como ser voluntaria en programas de educación para poder pagar así”, dijo.

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