Oficinas de senadores federales son tan blancas como la mayoría de ellos

Sólo el 7% del alto personal del senado federal es de minorías: 2.3% es latino

Cuando un senador en Washington está considerando una política que afectará a madres solteras, o a personas inmigrantes, ¿qué efecto tiene el hecho de que no hay ni una madre soltera, ni un inmigrante en el personal de su oficina?

Mucho, según dicen expertos. Y ahí está el problema.

El senado federal, la cámara alta del Congreso de los Estados Unidos tiene 100 curules, 2 para cada estado de la Unión Americana. Es una institución con un poder extraordinario, que no sólo diseña leyes, sino que aprueba las nominaciones de jueces, jefes de gabinete y miles de nombramientos del presidente.

A diferencia de la Cámara de Representantes, con 435 integrantes y distritos más pequeños, el senado federal siempre ha sido una institución eminentemente homogénea, no diversa. En dos palabras: más blanca que la nieve.

¿Algo más grave que la falta de diversidad en la cámara alta?  La falta de diversidad en el personal de las oficinas que estos contratan, sobre todo aquellos senadores que, sin importar su raza, representan a estados muy diversos, racialmente hablando.

El nuevo Congreso que comienza en enero tendrá seis nuevos senadores, entre ellos la primera mujer latina que ha llegado a ese curul, para llegar a cuatro latinos en total, de 100 integrantes. Igualmente, hay sólo dos afroamericanos y hasta este pasado año, 20 mujeres.

No obstante, mientras estos seis nuevos senadores arman sus nuevas oficinas y contratan a sus principales asistentes, sólo uno de ellos, la senadora electa de Nevada y primera latina en la historia en el senado estatal, ha nombrado a una minoría racial a uno de los tres puestos claves de su oficina.

Catherine Cortes Masto, de Nevada, designó a Ray Benítez, quien fue portavoz de su campaña y trabajó con el senador saliente Harry Reid, como su director de comunicaciones.

Esto es igual o peor de grave entre los senadores demócratas que los republicanos. Si bien muchos de sus votantes son afroamericanos o latinos (más de un tercio de los votantes demócratas, de hecho), el personal de sus oficinas es abrumadoramente blanco como la mencionada nieve, especialmente entre los puestos de mayor poder.

Un estimado del Centro para Estudios Políticos y Económicos, señala que menos del 3% del más alto personal de los senadores demócratas es de minorías.

El estudio se dio a conocer hace un año, pero ahora que seis nuevos senadores fueron electos el pasado 8 de noviembre, un grupo de 52 organizaciones comunitarias está presionando para que contraten a más minorías en puestos de importancia en sus oficinas.

“La población no blanca es 36% del país, y sin embargo, sólo un 7% del personal más importante de los senadores federales son de grupos minoritarios”, dijo Spencer Overton, presidente del Centro para Estudios Políticos y Económicos de Washington. “Hemos escrito una carta a los seis nuevos senadores que comienzan en enero para que pongan atención a este asunto”.

El personal más alto de la oficina de un senador federal puede ser más importante que el propio político, agrego Overton. Ellos son quienes manejan la agenda legislativa, contratan a otros empleados, ayudan a vigilar el desempeño de otras agencias federales y sugiere como manejar miles de millones de dólares del presupuesto público.

Y aquí está la cifra más impactante: un 36% de la población estadounidense es no-blanca, o sea, de un origen étnico diferente. Pero sólo el 7% del alto personal del senado federal lo es: sólo 2.3% es latino, y menos del 1% es afroamericano.

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Arturo Vargas, presidente de la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos NALEO, dijo que su organización hizo un estudio similar hace unos 20 años y que “es poco lo que ha cambiado desde entonces”.

“Nunca, en la historia de este país, ha habido una oficina del senado que tenga una representación del personal, ni remotamente proporcionar a la cantidad de minorías en los estados que representan”, dijo Vargas.

Entre 100 senadores, solo un jefe de personal- el puesto más importante de una oficina política-es de minorías, Jennifer Decasper, quien es afroamericana y la jefa de personal para el senador republicano de Carolina del Sur, Tim Scott.

“Para mí es muy sencillo explicar por qué un personal diverso es valioso”, dijo Decasper. “Si usted está legislando para resolver los retos de las madres solteras y su alto personal que toma decisiones son sólo hombres, está difícil tener una opinión basada en la experiencia”.

Vargas, de NALEO, dijo que la presencia de un latino o de un inmigrante o un hijo de inmigrantes en el personal de un senador es “extremadamente valiosa, nos ahorra mucho tiempo a la hora de explicar las necesidades de un estado o distrito” con gran población inmigrante.

En el senado, sólo el 2.3% del personal es latino. Casi el 17% de la población es latina.

La carta enviada por los grupos de derechos civiles a los seis senadores electos les pide comprometerse a diversificar su personal.

A menudo, los responsables dicen que no pueden contratar a más minorías porque “no encuentran personas capacitadas”, dijo Kim Atterbury, portavoz de la organización The Urban League y quien pasó varios años trabajando en el Congreso.

“Estando allí, muchos de nosotros nunca tuvimos la oportunidad de explotar al máximo nuestras capacidades y subir a puestos de más importancia”, dijo Atterbury. “Nos dicen que no hay personas capacitadas para estos cargos. Pero la realidad es que esa no es una buena excusa, hay un grupo importante de personas en puestos bajos y medios listos para subir”.

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