Un año (casi) de fiesta… pero no todos fueron invitados

El avance económico continuó pero no se mitiga la desigualdad en un año en el que se ganó localmente la batalla por un mejor salario mínimo

Ha sido un año de estadísticas positivas pero no todos se han enterado

Ha sido un año de estadísticas positivas pero no todos se han enterado Crédito: Getty

No se puede pasar revista de cómo ha evolucionado la economía en el año que está punto de cerrar sin tener en cuenta que los grandes e indiscutibles números con los que se mide no se sienten igual por todo el mundo.

El año 2016 ha sido casi una fiesta, si se compara con la situación de los últimos ocho años de Gran Recesión y lenta recuperación, pero no todo el mundo ha bailado en la celebración.

¿Por qué celebrar?

Porque ha sido un buen año desde el punto de vista estadístico. El desempleo se ha reducido y han mejorado las condiciones laborales poco a poco. De hecho, y según el informe económico de diciembre del Comité Conjunto del Congreso, en 28 estados se está empezando a detectar una subida de salarios y la inflación sigue estando bajo control. El crecimiento ha ido ganando fuerza y cerrará el año rondando el 2.4%, o quizá más porque en el tercer trimestre se superó el ritmo del 3% y esa tendencia al alza puede continuar, mientras en el resto del mundo industrializado o se está a la baja o apenas se crece. Buena medida de ello es la fortaleza del dólar frente al resto de las principales divisas.

El valor de las casas, una de los componentes del patrimonio más importantes, se ha vuelto a apreciar en 49 estados del país desde el tercer trimestre de 2015 y con ello se ha robustecido el sector de la construcción. Según el informe que se maneja en el Congreso, entre noviembre de 2015 y el mismo mes de 2016 se han creado 155,000 empleos netos en este sector. En ese mismo periodo se añadieron 571,000 al de servicios mientras que una industria cada vez más automatizada y dependiente de las economías de sus clientes (no solo el mercado interno sino también la exportación) perdía un total de 54,000 empleos en todo el país.

Este año se supo que el porcentaje de pobreza en 2015 ha retrocedido para quedarse a escasas décimas de 2008, es decir, antes de la Gran Recesión.

Aunque la deuda del país sigue siendo elevada (dado que se están pagando las guerras en Irak y Afganistán iniciadas en la legislatura de George Bush, un presidente que con mayores gastos bajó impuestos), el déficit presupuestaron ha pasado de ser el 10% del PIB al 3.2%, un ratio mucho más gestionable.

Pero…

Aunque hay quien puede celebrarlo para un buen número de personas es algo que ha pasado desapercibido o casi desapercibido, en el mejor de los casos. Es decir, no les llegó la invitación a la fiesta.

Uno de los motivos es que buena parte de los trabajos creados en los últimos años son temporales, como contratistas o a tiempo parcial en la llamada gig economy propiciada por la irrupción de Taskrabbit, Uber, Instacart… Es la conclusión de los economistas Lawrence Katz de Harvard y Alan Krueger de Princeton University en un estudio cuyas conclusiones apuntan a que esta situación puede ser un efecto de la gran crisis unida al desarrollo de la tecnología que permite estas relaciones laborales.

Ahora bien, señalan que en este “arreglo laboral alternativo se ingresa considerablemente menos por semana que lsos trabajadores regulares con similares características y ocupaciones”.

El otro motivo es que las desigualdades sociales y económicas que llevan casi cuatro décadas profundizándose imposibilitan que una rebaja del desempleo del 4.9% en enero al 4.6% en noviembre (fecha del último dato oficial al cerrar esta edición) sea demasiado relevante para quienes aún no trabajan o lo hacen por unos sueldos con los que no se supera el umbral de la pobreza.

Just a finales de este año los economistas Thomas Piketty, Emmanuel Sáez y Gabriel Zucman, que se han destacado a la hora de argumentar y probar la creciente brecha entre ricos y pobres, señalaban que hay una profunda divergencia sobre cómo se ve y se siente el mundo entre los que son el 50% menos favorecido de la sociedad y el resto. Para los primeros, los ingresos antes de impuestos se han estancado desde 1980 hasta 2014 mientras para los otros han crecido un 60% para el resto.

El aumento del porcentaje de los ingresos en menos manos es más llamativo entre el 1% más afortunado.

Si en 1980 estos recibían el 12% total de los ingresos del país, hace dos años se embolsaban el 20%. Esta subida, según estos economistas, no ha sido por unos incomparables méritos laborales que se han visto compensados con mejores salarios sino por la marcha de los mercados de acciones y bonos. Las cifras que se manejan de 2014 pueden ser aún más acusadas porque este año se están batiendo récords en los mercados de valores y el Dow Jones, uno de los índices más reconocidos, cerró 2014 apenas sobrepasando los 18,000 puntos mientras que este año se está llegando a los 20,000.

Según Piketty, Sáez y Zucman, la redistribución que hace el Gobierno a través de ayudas sociales o el EITC, por ejemplo, solo ha podido compensar una “pequeña fracción del incremento de la desigualdad antes de impuestos”. “Las transferencias a los menos favorecidos no han sido suficientes para elevar los ingresos significativamente”, explican para añadir que “lo que las políticas redistributivas tienen límites”.

Estos economistas creen que hay que avanzar en una mejor redistribución y en ese sentido en 2016 se han dado ciertos pasos para ello.

Por presión o decisión popular (en referenda) 42 estados y ciudades se aprobaron subidas graduales de un salario mínimo a partir del 1 de enero para unos ingresos que están completamente desconectados desde hace años de la evolución de la inflación y de la productividad de los trabajadores. El salario federal ha sido condenado a estancarse en $7.25 la hora por oposición de la mayoría republicana en el Congreso a subirlo pero en California 12 ciudades subirán esta paga y en el estado de Nueva York se inicia la andadura hasta los $15 la hora a distintas velocidades.

En Nueva York

  • Las empresas crearon 101,100 trabajos en los últimos 12 meses, 7,700 menos que el año anterior.
  • Bares, restaurantes y hoteles, fue el sector que más empleo creó seguido de construcción y servicios profesionales y de negocios.
  • La tasa de desempleo es del 5.1% frente al 4.6% del estado.
  • Ajustadas por inflación las ganancias por hora han caído un 1.5% en 12 meses.
  • El crecimiento de los cuatro últimos trimestres muestra un avance del 0.9%
  • El precio de las viviendas ha subido un 2.7% desde el tercer trimestre de 2015 y las exportaciones cayeron un 5.6% entre octubre de 2015 y 2016.

(Hasta noviembre y según el Comité Económico Conjunto del Congreso)

En California

  • Las empresas han creado 303,600 trabajos en el estado frente a los 412,000 de los 12 meses anteriores.
  • Construcción, bares, restaurantes y hoteles y servicios profesionales son los sectores, en ese orden, donde se creó más empleo.
  • La tasa de desempleo es del 5.3%.
  • Los ingresos reales (contando con la inflación) por hora se han incrementado un 1.5% en un año.
  • El crecimiento de los cuatro últimos trimestres muestra un avance del 2%
  • El precio de las viviendas ha subido un 7.2% desde el tercer trimestre de 2015 y las exportaciones cayeron un 0.7% entre octubre de 2015 y 2016.

(Hasta noviembre y según el Comité Económico Conjunto del Congreso)

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