Hoffice: la oficina en la sala de la casa de un extraño

El movimiento Hoffice ha crecido rápidamente desde que fue fundado en 2014 por un psicólogo

Son las 13:30 y el celular de Mårten Pella, de 28 años, comienza a sonar, una señal de que es hora de que dejemos de trabajar alrededor de la mesa de su sala para empezar juntos nuestra rutina de ejercicios.

Pella pone un video de ejercicios de siete minutos en su computadora portátil.

Un personaje de dibujos animados con pantalones cortos de color rojo brillante comienza a darnos instrucciones para hacer saltos, cuclillas y abdominales en su apartamento de los años 50, mientras evitamos cuidadosamente la hamaca, el antiguo tocadiscos y las plantas en macetas gigantes.

Pella, asistente de investigación en la Universidad de Estocolmo, forma parte del movimiento Hoffice, que invita a aquellos que pueden hacer su trabajo de forma remota, a trabajar en casas ajenas para aumentar la productividad y combatir el aislamiento social.

Los asistentes a los eventos anunciados en Facebook del emergente Hoffice suelen ser invitados a trabajar en silencio en sesiones de 45 minutos, antes de ser alentados a tomar descansos cortos juntos para hacer ejercicios, meditar o simplemente charlar en torno a un café.

Además, a su llegada cada participante comparte objetivos cotidianos con el resto del grupo y se le invita a informar si los ha logrado o no al final del día. Los eventos son gratuitos.

“A menudo, cuando estoy solo, puedo trabajar concentrado durante un par de horas, pero luego me distraigo mucho. La ayuda de otros me hace mucho más disciplinado”, dice Pella, quien asiste a los eventos de Hoffice como invitado y como anfitrión.

Los almuerzos significan el establecimiento de una red y la conexión con nuevos contactos.

“La gente viene de áreas muy diferentes y tiene diferentes profesiones, de manera que pueda haber debates realmente interesantes”.

Así comenzó

El movimiento Hoffice ha crecido rápidamente desde que fue fundado en 2014 por el psicólogo sueco Christofer Franzen, de 37 años.

El psicólogo había estado dando conferencias sobre los beneficios de la inteligencia colectiva, pero se dio cuenta de que estaba pasando la mayor parte de su tiempo trabajando solo en la mesa de su cocina o en cafeterías.

Quería probar un trabajo desde casa más estructurado, con amigos en situaciones similares.

Franzen dice que la celebración de eventos en casas y apartamentos crea un ambiente único, porque hay un sentido de comunidad y el deseo de contribuir.

Ahora está buscando maneras de ampliar el valor social de Hoffice, como hacer coincidir a quienes pueden compartir habilidades relevantes e incluso animar a los solicitantes de empleo a unirse a sus reuniones.

Cuestión de confianza

No hay ninguna verificación de antecedentes sobre los nuevos asistentes u organizadores de Hoffice, pero eso no funciona en todas partes.

“Cuando introdujimos el concepto en la India, por ejemplo, se convirtió en un gran problema”, señala. “La gente se preguntaba ‘¿cómo puedo confiar en que alguien vaya a mi casa y no me robe?’ Los suecos no tienen realmente ese tipo de miedos”.

La seguridad es uno de los ganchos comerciales promovidos por un grupo de plataformas de pago para compartir mesas en hogares, que están surgiendo paralelamente al crecimiento de Hoffice en todo el mundo.

Spacehop, con sede en Londres y lanzado en enero de 2016, da a profesionales independientes y pequeños equipos la oportunidad de alquilar lugares en propiedades de extraños por alrededor de US$10 diarios.

Mientras tanto, OfficeRiders ha estado ofreciendo garantías similares para los nómadas digitales (conocidos como “jinetes”) en Francia desde 2014. Ambas compañías dan a los propietarios una póliza de seguro que cubre robo y daños, y a los usuarios la oportunidad de calificar sus espacios temporales de trabajo.

La introducción de un incentivo financiero agrega una capa de seriedad“, argumenta Joachim Wernersson, de 27 años y fundador de HeyWork, una plataforma recién lanzada y diseñada para monetizar el concepto de trabajo desde el hogar por primera vez en Suecia.

“Si hay una transacción involucrada, los anfitriones toman con un poco más de seriedad el hecho de mantener el lugar limpio, haciéndolo profesional. Desde la perspectiva de los huéspedes también, una vez que hayas pagado por algo, estás interesado en asegurarte de que estás actuando correctamente “, explica.

Los empleados de oficina que dejan sus casas vacías durante el día son anfitriones ideales, alentados a considerar los beneficios de un ingreso secundario en un momento en que los alquileres y los precios de la vivienda se han disparado en Suecia.

Aumento de su popularidad

El grupo Hoffice Facebook de Estocolmo cuenta ahora cuenta con casi 1.800 miembros en una capital de un millón de personas.

Un papel en la puerta de una casa que dice
Derechos de autor de la imagenHOFFICE Este concepto basado en la confianza no funciona igual de bien fuera de Suecia. Hoffice.

Los eventos tienen lugar en lugares que van de casas de lujo a la orilla del agua a apartamentos estudiantiles de 20 metros cuadrados.

Grupos más pequeños también están apareciendo en la mayoría de las principales áreas urbanas del país escandinavo.

“También tiene que ver la poca jerarquización que existe en Suecia y el alto nivel de confianza de los gerentes cuando se trata de trabajar con flexibilidad”, dice Lena Lid Falkman, investigadora de la Escuela de Economía de Estocolmo que examina cómo la tecnología está cambiando nuestros patrones laborales.

Sin embargo, el movimiento se ha extendido a decenas de otros países, con mayor participación en lugares como Sao Paulo y Toronto.

¿Es efectivo?

Una serie de estudios apoyan el argumento de Franzen de que las personas pueden lograr más cuando trabajan períodos cortos estructurados, pero en la actualidad hay muy poca investigación concreta sobre si el movimiento de trabajar desde casa podría facilitar la eficiencia a largo plazo o dar beneficios financieros a los participantes.

Sin embargo, un número cada vez mayor de académicos están dispuestos a investigar su potencial en medio del boom mundial de las economías compartidas.

“Estamos tratando de averiguar cómo esto afecta asuntos como liderazgo, creatividad, productividad y bienestar”, dice Falkman.

“Pero no me sorprende que estemos buscando lugares de trabajo más creativos y cómodos, ya que eso es parte de ser emprendedor”.

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