Cuánto depende México de las remesas de EEUU y qué pierde con el muro de Trump

El mandatario estadounidense insiste en que hará que México pague por un muro fronterizo

En la pelea de Donald Trump contra México, pocos tienen más que perder que los millones de mexicanos humildes que viven de las remesas que les llegan del vecino país del norte.

El presidente de Estados Unidos dice que va a hacer que su vecino del sur pague por el muro fronterizo que quiere construir, un proyecto que es visto por muchos en México como un insulto.

Y una de las maneras que ha sugerido para financiar la obra -además de crear un arancel a las importaciones mexicanas- es echando mano de las remesas que los trabajadores mexicanos en Estados Unidos envían a sus familias.

Si cumple con su palabra, amenaza con empeorar la difícil situación financiera que viven muchos en México y dependen de ese dinero.

Paradójicamente, si se deteriora la situación de los mexicanos más pobres, habrá un impulso renovado a la inmigración de indocumentados a Estados Unidos , la misma que ha caído en los últimos años a medida que la economía mexicana ha creado más puestos de trabajo al sur de la frontera.

Ingreso fundamental

La importancia de las remesas para la economía mexicana es inmensa. Un estudio del banco BBVA que cita fuentes del Banco Central de México asegura que las remesas en 2015 llegaron a los US$25.000 millones, más de lo que México obtiene por las exportaciones petroleras.

Si bien no hay cifras absolutas aún, se cree que este monto aumentó sustancialmente en 2016 a medida que el temor por una victoria de Trump hizo que muchos mexicanos en Estados Unidos adelantaran el envío de remesas a sus familiares.

Pero más allá del efecto macroeconómico de un recorte de las remesas, el impacto que tendría una medida así en las familias más vulnerables es difícil de minimizar.

Según el estudio de BBVA, de los que reciben las remesas en México, el 40% tienen una mujer como cabeza de hogar. Casi la mitad no completaron siquiera la educación primaria y cerca de 50% viven en el campo. Muchos están entre los mexicanos más pobres.

Si dejan de recibir ese dinero o reciben un monto menor por los impuestos que pueda implementar Trump, tendrán menos recursos para dedicar a la vivienda o la alimentación.

Y al verse forzados a reducir su inversión en educación y salud, también estarán afectando su futura suerte y la de su familia.

Puestos de trabajo

Pero eso no es todo. Las remesas también sirven para que las familias receptoras financien la creación de micronegocios que complementan el ingreso de la familia , y en muchos casos generan empleo en sus comunidades.

El informe del BBVA indica que los receptores de remesas en México tienen cerca de 400.000 micronegocios.

Hay, por ejemplo, 15.000 salones de belleza y 27.000 restaurantes.

Si la situación de todas estas familias se deteriora, parece inevitable que genere un nuevo impulso para la migración a Estados Unidos, particularmente teniendo en cuenta que muchos mexicanos tienen familiares y conocidos del otro lado de la frontera.

Y de hecho se estará socavando uno de los factores que había aliviado la crisis migratoria en años recientes: cada vez menos mexicanos decidían cruzar a Estados Unidos pues encontraban mejores oportunidades en su propio país.

Eso es así hasta el punto que en los últimos años, el número de mexicanos que vuelve a su nación ha sido superior al de los compatriotas que parten a Estados Unidos.

Dudas

Está claro que México tiene bastante que perder si la restricción a las remesas se llega a cumplir.

Pero incluso si Trump pudiera establecer los impuestos con los que amenaza a las remesas, no está claro cómo podría evitar que los migrantes los eludieran.

Si tienen que pagar impuestos onerosos, podrían empezar a enviar una mayor parte de su dinero a México con familiares o amigos, con sistemas informales, o mediante terceros países.

Estimativos

Ajay Gupta, un analista de impuestos citado en la revista estadounidense Forbes, estima que un impuesto del 1% a las remesas enviadas por el sector formal mediante empresas como Western Union o Moneygram, generaría ingresoso de alrededor de US$150 millones.

Una cifra respetable, pero muy inferior de los más de US$10.000 millones que se ha estimado costaría el muro fronterizo que promete Trump.

Otro análisis del Instituto Cato, un centro de análisis de orientación conservadora en Washington, tampoco ofrece muchas esperanzas en ese sentido. Alex Nowrasteh, investigador del Cato, le dice a BBC Mundo que ya existe un impuesto a las remesas en el estado de Oklahoma.

“No se puede construir un muro fronterizo con la financiación de las remesas”, le insiste a BBC Mundo.

Extrapolando las cifras de Oklahoma a todo el país, calcula que podrían llegar a recaudar US$1.600 millones al año, lo que no llega ni al 10% de muchos estimativos del costo del muero.

Nuevamente, advierte, si Trump intenta elevar los impuestos a las remesas demasiado, simplemente desplazará el envío de dinero hacia canales informales.

El presidente estadounidense está llevando las relaciones entre Washington y México a un grado de tensión que no se veía en décadas.

El gobierno mexicano ha dicho que se opondrá a que se eche mano de las remesas de sus nacionales para la controversial muralla fronteriza.

Trump no da muestras todavía de buscar un punto de aproximación con el gobierno de Enrique Peña Nieto.

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