Comité Judicial del Senado posterga voto de polémico Jeff Sessions como fiscal general

El Comité tenía previsto votar hoy, pero los demócratas amenazaron con usar una herramienta parlamentaria para dilatar el proceso, especialmente ante las airadas protestas por el despido anoche de la fiscal general interina, Sally Q. Yates.

WASHINGTON.- En medio de un ambiente político muy hostil, la minoría demócrata obligó este martes al Comité Judicial del Senado a postergar para mañana el voto preliminar del senador republicano, Jeff Sessions, como el próximo fiscal general de EEUU, y su prevista aprobación preliminar allanará el camino a su voto definitiva en el pleno del Senado.

El Comité tenía previsto votar hoy mismo, pero los demócratas amenazaron con usar una herramienta parlamentaria para dilatar el proceso, especialmente ante las airadas protestas por el despido anoche de la fiscal general interina, Sally Q. Yates.

Tras una sesión de cuatro horas y media, en la que la mayoría de los miembros hablaron a favor o en contra de Sessions, el presidente del Comité, el republicano Chuck Grassley,  programó el voto para mañana.

En todo caso, está previsto que el Comité dé luz verde al senador republicano de Alabama, uno de los más férreos defensores del presidente Donald Trump y sus políticas.

Si es confirmado en el pleno del Senado, donde requerirá mayoría simple de 51 votos, asumirá las riendas de una agencia de 113,000 empleados, con un presupuesto anual de $31,000 millones, y la tarea de velar por los derechos civiles y la justicia equitativa en EEUU.

Por separado, los demócratas boicotearon y lograron postergar el voto de confirmación, en sus respectivos comités, de Steven Mnuchin, como secretario del Tesoro, y de Tom Price como secretario de Salud, dos de los nombramientos más controversiales para el Gabinete presidencial.

La sesión en el Comité Judicial fue interrumpida por activistas de CodePink que gritaban consignas contra Sessions, y una fue aplaudida mientras eran desalojada del salón por la policía del Capitolio.

Sessions “es un hombre de palabra”

Grassley, fustigó a los demócratas por obstruir el voto preliminar, y afirmó que Sessions contestó más de 700 preguntas por escrito -la mitad de la oposición demócrata-, y si algo quedó claro, subrayó, es que él “hará cumplir las leyes”, sin importar su opinión personal.

Sessions “es un hombre con entereza, es un hombre de palabra y, lo más importante, es que hará cumplir las leyes”, y sabrá ponerle freno a Trump “cuando sea necesario”, afirmó.

Su defensa de Sessions encontró un entusiasta eco en otros senadores republicanos, como los tejanos Ted Cruz y John Cornyn, quien aconsejó a los demócratas a que “superen su ira y acepten el veredicto de los votantes”, el pasado 8 de noviembre.

Entre la retórica y los hechos

Pero la senadora demócrata de California, Dianne Feinstein, la demócrata de mayor rango en el Comité, criticó las 6 órdenes ejecutivas y 10 memorandos y directrices firmadas por Trump en los últimos doce días.

Todas las acciones ejecutivas son “profundamente preocupantes” porque ninguna promueve la unidad nacional y algunas hasta violan la Constitución, señaló Feinstein, quien votará en contra.

Feinstein cuestionó la promesa de Sessions de ser independiente cuando fue un firme partidario de Trump en la contienda y, según informes de prensa, participó en la elaboración de las medidas ejecutivas.

El principal asesor de Trump, Steve Bannon, lo calificó como uno de “los promotores más leales en el Congreso de la agenda” del presidente.

Con todo esto, Feinstein expresó dudas de que Sessions tenga la independencia que ahora promete, porque hay un contraste entre su retórica y el “partidismo que ha demostrado”.

En ese mismo sentido se manifestó el senador independiente de Vermont, Patrick Leahy, mientras el senador demócrata de Illinois, Dick Durbin, calificó el voto como “un momento constitucional” definitorio.

Despido de “traidora”

La volátil sesión ocurrió después de que Trump despidiera anoche a Yates, calificándola como “traidora” por rebelarse contra las órdenes ejecutivas migratorias que prohíben la entrada de musulmanes.

Yates, designada por la Administración Obama, cuestionó la legalidad de las medidas, e instruyó a los abogados del Departamento de Justicia a que no las defendieran en los tribunales. Trump puso en su lugar a Dana Boente.

En 2015, durante la confirmación de Yates, Sessions le preguntó si el fiscal general “¿tiene la responsabilidad de decirle no al presidente si pide algo que es indebido?”.

Yates contestó: “el fiscal general, o el subfiscal general, tiene la obligación de obedecer la ley y la Constitución y de ofrecer su consejo legal independiente al presidente”.

En esa ocasión, Sessions se quejó de que las leyes migratorias federales no se estaban aplicando de forma pareja o con eficacia, y Yates contestó que éstas se deben aplicar también con apego a la Constitución.

El despido de Yates provocó la ira de los demócratas –que la defendieron en el Comité- mientras que en las redes sociales surgieron comparaciones con la llamada “Masacre de Sábado por la Noche”.

Es una referencia al 20 de octubre de 1973, cuando el entonces presidente Richard Nixon ordenó el despido del fiscal especial Archibald Cox, lo que a su vez generó la renuncia de los dos líderes de la cúpula del Departamento de Justicia.

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