Once pasos de angustia: te decimos cómo se debe realizar el diaparo de un penalti

Acertar en el lanzamiento del balón desde los 11 pasos no es cuestión de suerte, sino de técnica del futbolista relacionado con la ciencia

Para todos aquellos que vivimos en México y pertenecimos a la generación previa a la ahora llamada Millennial (nacidos aproximadamente entre 1984 y 2004), existe una figura imprescindible e inolvidable en el fútbol mexicano. Se trata de Evanivaldo Castro “Cabinho”, un hombre con cuerpo de roble y musculatura de jugador de fútbol americano en una época en la cual destacaban futbolistas con barrigas de padre de familia y piernas gruesas de correr, más no por trabajos de gimnasio.

“Cabinho” (Salvador de Bahía, Brasil, 1948) es el máximo artillero histórico de la liga mexicana y un reconocido cañonero de aquellos capaces de golpear un balón de vinil con el poder suficiente para doblar los dedos de los guardametas, cuyos guantes aún no gozaban de la tecnología adherente y reductora de impacto de hoy en día. Vaya, cuando este portentoso futbolista golpeaba el balón, los rivales se hacían a un lado.

Hoy, “El Cabo”, un completo desconocido en su país natal, vive en el olvido pese a haber aportado la salvaje cifra de 348 goles en 481 partidos y conquistar ocho títulos de goleo. “Los penaltis se tiran con toda la pierna apuntando a la cabeza del portero”, decía con una sonrisa de pícaro travieso.

Lanzar un penalti parece en realidad más sencillo de lo que es, pero al echar un vistazo a la Liga de España, donde se supone juegan los mejores futbolistas del mundo, la idea de golpear el balón desde los 11 pasos deja en el aire una duda: ¿en verdad toda la ventaja es para el tirador?
Fernando Torres, un delantero histórico de la selección de España y el Atlético de Madrid, ocupa ya un sitio poco honroso en la historia del balompié de su país al haberse convertido en el jugador en activo menos certero al momento de ejecutar la llamada pena máxima: acumula nueve yerros de los 28 tiros ejecutados, para un magro promedio de efectividad de 67 por ciento.

Al ver esta estadística de Torres, salta la curiosidad de compararle con otros cracks y ahí aparece el nombre de Cristiano Ronaldo, quien también ha errado nueve lanzamientos desde el manchón penal, pero en 65 oportunidades. Lionel Messi, por su parte, no ha visto puerta en ocho ocasiones en partidos de la Liga de España luego de 50 lanzamientos.

México tuvo en Hugo Sánchez a un especialista en los tiros desde los 11 pasos, pese a que un yerro suyo desde esa distancia significó el descenso del Rayo Vallecano y sin olvidar aquel viejo episodio en el cual se le acusa haber fingido una lesión durante el Mundial de México ’86 para no ser elegible para la tanda de penaltis frente a Alemania.
Nadie en España ha ejecutado más penaltis que Hugo, quien fracasó en el intento de marcar en 15 de 71 disparos.

¿Cómo se dispara?

Entonces, ¿cuál es el secreto para ejecutar y convertir un penalti en un partido de fútbol sin importar las condiciones físicas y técnicas del arquero que se postre frente al tirador? De acuerdo a un estudio realizado en 2012 por Ken Bray, investigador de la Universidad de Bath, Inglaterra, y autor del libro “Cómo anotar: la ciencia y el hermoso juego, el éxito en los penales es algo que los equipos pueden mejorar”.

Según Bray, el lanzamiento de penalti debe alcanzar “una curva de tirada” que abarca los ángulos superiores e inferiores del marco, en los cuales se crea una “zona insalvable” a la cual el tirador debe apuntar para tener éxito, algo muy lejano a lo sugerido por el brasileño Cabinho, quien como ya se mencionó, apostaba al poder destructor de su patada para apuntar a la cabeza de los porteros rivales.

De acuerdo a algunas crónicas de antaño, otro brasileño, este sí el mejor de todos, tenía otra idea de cómo patear la pena máxima. Se dice que Edson Arantes Do Nascimento “Pelé” recomendaba “engañar al portero” y disparar al espacio dejado tras su inútil vuelo; el problema aquí es tener la clase y calidad para lograr engañar a los arqueros, lo cual no cualquiera es capaz de conseguir.

El penalti histórico

Sin embargo, respecto al arte de despistar al portero quizá nadie en la historia es tan famoso como aquel bigotón descarado que el 20 de junio de 1976 decidió jugarse el prestigio profesional sin tener idea de que aquello que provocaría lo volvería un inmortal.

Antonin Panenka (Praga, 2 de diciembre de 1948) tuvo el valor o la nebulosa irresponsabilidad de colocar el balón sobre el manchón penal tras un fallo del alemán Ulrich Hoeneb en la tanda de penaltis de la final de la Eurocopa de Yugoslavia (1976), tras un empate 2-2 en el tiempo regular y el parcial en la ronda de los 11 pasos en favor de Checoslovaquia por 4-3.

Panenka, un fino centrocampista, con 68 años al día de hoy, se dispuso a ejecutar su tiro nada menos que frente al legendario arquero alemán Sepp Maier. Cuando el árbitro silbó para dar pie al disparo, el entonces jugador del Bohemians 1905 de su país observó cómo el arquero alemán se adelantaba al lanzarse hacia la izquierda, entonces decidió picar el balón y enviarlo cual burbuja de jabón al interior de la portería teutona y dar a su equipo el título europeo.

Lo del futbolista, hoy presidente del Bohemians 1905, es quizá el máximo atrevimiento de un lanzador de penaltis en un campo profesional. Lo suyo, repetido ya infinidad de ocasiones con éxito y fracasos vergonzosos sin duda lo marcó de por vida: “Estoy muy orgulloso de ese penalti, pero por otro lado también siento celos. Toda mi carrera traté de hacer un fútbol sugerente para el espectador y creo que mi carrera futbolística se ha visto demasiado reducida a ese penalti”, comentó hace unos años para la especializada revista española que lleva su apellido.
Según Pelé, “solo un loco o un genio podía lanzar un penalti así” y tiene razón.

Los números no mienten

De acuerdo a los españoles Juan José R. Calaza, economista y matemático, y Guillermo de la Dehesa, economista y expresidente del Centro de Investigación de Política Económica en Londres, si el ejecutor golpea con rigor la pelota para alcanzar una velocidad de 100 kilómetros por hora (velocidad muy común entre los cañoneros de hoy), logrará que el balón recorra 28 metros por segundo.

Bajo esta premisa, la pelota disparada alcanzará la distancia que separa al tirador y al portero en 0.4 segundos, mismo tiempo en el cual el balón lograría anidarse al ángulo superior de la portería si éste viajara a 112 kilómetros por hora.

Según estos expertos, un portero necesita una décima de segundo para ver el disparo, esto representa que para lograr una reacción los guardametas requieren observar los primeros tres metros de viaje del balón.

“El cerebro del portero debe enviar las instrucciones a los músculos y finalmente estos siguen una secuencia de contracción y estiramiento, todo lo cual necesita siete décimas de segundo más. En total, 0.9 segundos. Si el portero se lanza a la vez que se produce el tiro es prácticamente imposible que alcance el balón si el tirador lo ajusta a menos de un metro del poste”, refieren los estudiosos, lo cual explica por qué varios guardametas prefieren lanzarse antes y confirma que el tirador siempre tiene la ventaja.

71

penaltis lanzó Hugo Sánchez, nadie ha ejecutado tantos en la Liga de España, y falló 15 de ellos

9

penaltis malogró Fernando Torres después de 28 intentos, es el futbolista  en activo menos efectivo desde los 11 pasos en la Liga de España

0.4

segundos tarda un balón en anidarse en el ángulo superior de la portería si el disparo viaja a 112 kilómetros por hora

1976

año en el cual el entonces checoslovaco Antonin Panenka lanzó el penalti más famoso de la historia, en la final de la Euro de Yugoslavia, frente a Alemania

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