Los republicanos deben dar la cara

Las personas que demandan una explicación de las acciones que toman sus representantes en Washington no son extremistas liberales ni “activistas pagos”. No lo fueron hace unos años cuando se oponían a las políticas de la administración Obama, tampoco lo son ahora cuando temen el impacto que tendrá en sus vidas las decisiones del gobierno del presidente Donald Trump.

En numerosos distritos representados por legisladores federales republicanos en las reuniones locales con los votantes han sido más contenciosas de los usual.

La reacción del partido gobernante ante este hecho es similar al querer restarle importancia. Le culpa a la oposición política de organizar a las personas que asisten con quejas a las reuniones periódicas locales que hacen los legisladores federales para medir el pulso en sus distritos.

La diferencia es que los legisladores republicanos, a diferencia de los demócratas en su momento están cancelando reuniones planeadas o  directamente no las hacen. Hay reportes que indican que en algunos congresista ni va a su oficina local para eludir a quienes se presentan para exigir explicaciones.

Esta es una actitud cobarde por parte de estos legisladores que no dan la cara para responder por sus decisiones, especialmente su rechazo al Obamacare.

Hace ocho años la ley de Obama que amplió la cobertura médica fue el blanco de las críticas de los conservadores que inundaban las reuniones locales de los legisladores demócratas. Unos la denunciaban como una intromisión del gobierno federal y otros repetían acusaciones falsas como que iba a crear “paneles de la muerte” para los más enfermos y ancianos.

Hoy es el mismo Obamacare el que levanta una furia popular. Ahora  muchos de los 20 millones de nuevos asegurados son los que protestan ante quienes quieren eliminar la cobertura médica. La gente quiere saber qué ocurrirá con sus dificultades médicas, cómo será reemplazada la ley de cobertura médica si esta desaparece como prometieron los legisladores más cuestionados.

Existen muchas similitudes, además de la crítica del gobierno de turno, entre las protestas actuales y las que anteriormente ayudaron al movimiento del Tea Party.

Todavía es temprano ver si esta disconformidad de los votantes tendrá el éxito electoral del movimiento populista conservador.Aunque podría revitalizar al Partido Demócrata que sufre una crisis, tal como lo hizo el Tea Party con los republicanos después de la victoria de Obama en 2008.

Lo importante es que escuche la voz de quienes se ven impactados por lo que ocurre en Washington y que quienes se nieguen a oirla no sigan  en el Congreso.

En esta nota

Editorial Partido Republicano republicanos

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