Los 1001 candidatos sin partido a la presidencia de México

Intelectuales, políticos, empresarios, defensores de derechos y periodistas se alistan para lanzar sus candidaturas para la presidencia de México en 2018

MÉXICO – Un ex canciller y escritor; un gobernador a caballo; un conductor de radio; un ex funcionario defensor de derechos humanos; un ex rector de la Universidad Nacional; una politóloga y comentarista de televisión y hasta el hombre más rico del mundo… ¡más los que se sumen! Todos ellos quieren ser presidente de México por la vía independiente que los aleja lo más posible de los partidos políticos que hoy gozan de los peores niveles de popularidad en la historia del país. Algunos lo han dicho públicamente; otros, ni lo niegan ni lo rechazan o hasta bromean con la tentación.

La Reforma Política en 2012 abrió paso a las candidaturas independientes, a todo aquel ciudadano que reúna 780,000 firmas (1% del electorado nacional) y quiera lanzarse al ruedo de dirigir la vida pública del país, casi cinco años después, suma cada vez más adeptos y, en la medida que se acerquen las elecciones de 2018, se prevé que la lista se multiplicará.

Entre los favoritos hasta ahora se encuentra el gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez, quien se volvió en el primer gobernador independiente tras no ser beneficiado por su partido, el Revolucionario Institucional (PRI), y el intelectual, Jorge Castañeda, quien en 2012 demandó al Estado mexicano ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos porque no permitía las candidaturas independientes.

Pedro Ferriz de Con, un periodista y agudo crítico antigubernamental que mantiene una permanente campaña en contra del número de diputados (500) y senadores (128)que considera “innecesario para la vida publica” y en contra de los legisladores “plurinominales” que permite a los líderes políticos llevar a hijos, parientes y amigos al congreso sin ser votados.

Emilio Álvarez Icaza, el ex directivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que visibilizó internacionalmente diversas violaciones a las garantías de mexicanos e intentó llevar a juicio a varios políticos por este tema; la analista política Denisse Dresser, una dura crítica del sistema político mexicano y el empresario Carlos Slim, quien hizo su fortuna con el monopolio de Teléfonos Mexicanos.

El interés principal que mueve a estas figuras –aunque todavía ninguno con los mismos niveles de popularidad que los candidatos más visibles de los partidos, Margarita Zavala (PAN), Andrés Manuel López Obrador (Morena) o Miguel Ángel Osorio Chong (PRI)- tiene tres explicaciones, según observan analistas del Colegio de México, uno de los más prestigiados del país en formación política.

La primera es que ven una posible victoria relacionada al hartazgo de la gente frente a la corrupción en los partidos y la vida politica, principalmente entre los gobernadores: actualmente hay nueve ex mandatarios estatales en tela de juicio, incluyendo el prófugo Javier Duarte, cuya figura es actualmente la representación máxima de “la bajeza”, “la avaricia” y la “ruindad humana”, según describe la escritora, politóloga e historiadora, Soledad Loaeza.

“En el pasado la federación controlaba de alguna manera a estos personajes pero en la medida en que la ley les dio independencia se volvieron unos sátrapas y ladrones: unos virreyes sin control”, afirma. “Pero este robo al por mayor se da también en el legislativo con sus altos salarios y entre los partidos y sus cuentas opacas y otros prácticas”.

Loaeza no creía en el pasado en viabilidad de las candidaturas independientes, pero en años recientes cambió de opinión y cree que esta figura podría tener éxito a pesar de que los partidos políticos hagan todo lo posible por no perder su estatus quo, el poder y el control. “Depende de quien sea el candidato y de quién se rodee. No debe tener fama de corrupto y, por el problema que enfrentamos actualmente, debe ser una figura que haga frente a la amenaza de Donald Trum con audacia y sin miedo”.

Para el politólogo e internacionalista del Colmex, Jean Francois Prud’homme, el principal obstáculo es que no son tan conocidos “actualmente entre todos sólo alcanzan el 5% de la intención de voto”, dice. Además la ley actualmente no provee de suficiente presupuesto puesto que tendrán que repartirse entre todos los candidatos independientes el mismo presupuesto que recibirá un solo partido.

“Me parece que pueden ser útiles para plantear temas muy específicos en la agenda, grupos de activistas de derechos humanos y otras organizaciones no gubernamentales”, especifica. “Por otro lado, lo que puede suceder es que resulten muy atractivas para que los ambiciosos precandidatos internos de los partidos que no logren la candidatura que quieren por su partido y vean por esta vía una opción de llegar al poder”.

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