Las pequeñas empresas mexicanas dejan de comprar en EEUU

Ante el alza del dólar obligó a los pequeños negocios a comprar productos del país

MÉXICO – Al principio no fue un asunto de solidaridad, sino pragmatismo: el dólar comenzó a irse por los cielos hasta rebasar los 20 pesos por billete estadounidense y las compras de importaciones para las pequeñas empresas mexicanas se volvieron imposibles. “Entonces descubrimos la alta calidad que tienen los productos mexicanos”.

Diego González es un empresario que en los últimos dos años, de manera gradual y casi sin darse cuenta, pasó de comprar en Estados Unidos casi todo el equipo para sus clínicas dentales Sonrident a ser un consumidor de productos mexicanos: equipos de esterilización, de rayos X, glucómetros, ultrasonidos, electrocardiogramas…

“Los instrumentos de medicina elaborados en México son de la más alta calidad y no le piden nada a los de primer mundo”, dice en entrevista con este diario.

Emprendedores como González, comienzan a dar un giro de 360 grados al consumo nacional (en 2016 reportó uno de sus más altos niveles desde 2004) lo cual implica que el dinero de la iniciativa privada se está quedando en casa y también parte del dinero público con casos como el reciente anuncio del Gobierno del Distrito Federal que adquirirá aquí refacciones del metro que anteriormente compraba en el extranjero.

Desde la iniciativa privada la apuesta implica mucho dinero. Las micro, pequeñas y medianas empresas (PYMES), constituyen la columna vertebral de la economía nacional por los acuerdos comerciales que ha tenido México en los últimos años y asimismo por su alto impacto en la generación de empleos y en la producción nacional.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en México existen aproximadamente 4 millones 15 mil unidades empresariales, de las cuales 99.8% son PYMES que generan 52% del Producto Interno Bruto (PIB) y 72% del empleo en el país.

Sonrident es una empresa enfocada en la salud bucal de personas con bajos recursos. Con una membresía anual de 200 pesos (alrededor de 10 dólares), los pacientes pueden tener revisiones periódicas gratuitas y otros beneficios de bajo costo en un país donde nueve de 10 personas padecen de caries, por tanto, ha sido un éxito y está creciendo: actualmente cuenta con 62 consultorios, principalmente en el Bajío, pero también en la Ciudad de México.

“Ahora nos damos cuenta que nuestro crecimiento está ayudando a apoyar a la innovación y talento mexicano a través de cadenas de proveedores; anteriormente, eran empresas extranjeras las que creían en nosotros y eso nos fortaleció”.

Antes de que iniciara la campaña en redes sociales “Consume lo hecho en México” para hacer frente a las políticas nacionalistas de Donald Trump, compañías como General Electric se instalaron en el país (hace 100 años) en una apuesta por la alta calidad a más bajo costo. “Hoy por hoy ya hay muy buena tecnología, capital humano, innovación, y valor agregado”, describió recientemente Jorge Mendoza, sourcing manager de GE.

“El Tratado de Libre Comercio (TLCAN) también contribuyó a elevar los estándares de calidad y hoy en México podemos competir con los estándares de primer mundo”, agregó la mexicoamericana Verónica Reyes, consultora en desarrollo de negocios y miembros activo del Partido Demócrata en México.

“Yo misma he lanzado mi propia marca de productos de playa Parasol sólo con creativos y proveedores mexicanos”.

Desde que llegó a México hace unos años, Reyes observó que los emprendedores tenían más confianza en adquirir productos estadounidenses o europeos en materia de innovación, pero con el incremento de los costos lo han tenido que reconsiderar. Entre estos productos se encuentran láseres para el tratamiento de cáncer de la piel, medicinas y vitaminas, dermatológicos o instrumentos médicos para tratar celulitis.

“Los nuevos modelos negocio ya están pensando en cambiar las listas de proveedores y cada vez se ven más nombres de empresas en español: obviamente mexicanas y esto nos da mucho gusto porque se van a fortalecer las cadenas de producción”.

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