San Pedro, la inusual prisión de Bolivia que se convirtió en atracción turística

Inspiró el libro"Marching Powder", que ha sido un éxito de ventas, y ahora quieren filmar un documental sobre ella

Han pasado 20 años desde que la caótica prisión de San Pedro en Bolivia se convirtió en una atracción turística.

Un lugar donde varios mochileros permanecieron por semanas y compartieron con los presos.

La historia fue inmortalizada en el best-seller Marching Powder y ahora el protagonista del libro -un exrecluso- y el autor han vuelto a la prisión para la filmación de un nuevo documental.

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VICKY BAKER

Thomas McFadden dice que regresar a su antigua celda lo asustó . “Pero siempre quise regresar a Bolivia y siempre hubo una fuerte conexión entre Rusty y yo”.

Rusty Young escribió Marching Powder cuando era un veinteañero. Como un joven mochilero de Sídney, Australia, se quedó en la prisión y luego ayudó a tramitar la liberación de McFadden haciéndose pasar por un abogado internacional de derechos humanos .

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RUSTY YOUNG

“Imperdible”, según Lonely Planet

Todo comenzó en 1996, cuando McFadden, un británico orig inario de Tanzania , fue atrapado con cocaína en el aeropuerto de El Alto, que sirve a La Paz.

Fue encarcelado en un lugar que encontró más parecido a una pequeña ciudad que a una prisión.

La prisión de San Pedro fue un intento fallido de penal de régimen abierto para favorecer la reinserción de los reclusos en la sociedad en un país donde las penitenciarías solían ser -y son- un infierno.

Tanto el manejo de la prisión como la vida en ella eran totalmente atípicos: se esperaba que los reclusos se ganaran la vida y compraran sus celdas como si fueran bienes raíces.

Había una escuela primaria para los niños de los reos, que podían vivir con ellos, y la más notable sorpresa: contaba con una fábrica de cocaína , droga que se traficaba en el lugar.

“Pensé: ‘¿Qué es este lugar?’. Incluso tuve que pagarme el taxi para llegar allí”, recuerda hoy Thomas McFadden.

Tras su liberación en 2000, esos días quedaron atrás y hoy es un granjero que cría pollos en Tanzania.

Sin embargo, la amistad que surgió con su “hermano Rusty” le cambió la vida y trascendió el tiempo y la distancia. Incluso llamó a uno de sus hijos en su honor.

Su inusual relación comenzó cuando el Young se unió a un tour ilegal por la prisión que el preso realizaba para mochileros extranjeros desde 1997 hasta su liberación.

Se había corrido la voz por los albergues locales de que había un recluso que hablaba inglés dispuesto a mostrarle a los visitantes este extraño microcosmos.

Ubicada en el corazón de La Paz, la prisión se convirtió en una atracción turística que figuraba en las guías Lonely Planet. Los viajeros pagaban una entrada y, en algunos casos, optaban por quedarse durante semanas, compartiendo con los reclusos.

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Lydia Docking, una turista británica, no sólo hizo uno sino varios tours por la prisión en 2008, dirigidos por un preso de Portugal.

Uno de los otros mochileros que conoció allí se convirtió más tarde en su marido.

“Para empezar a presentarnos, contamos que nos conocimos en una cárcel boliviana” , dice ella desde su nuevo hogar en Sídney. Tenía 24 años en ese momento y ahora, 33.

El guía de San Pedro fue a su boda después de su liberación. Y aunque la pareja se separó, todavía tienen un perro llamado Pedro en honor a la prisión.

A pesar de las bromas, ella es muy consciente del lado oscuro de la historia .

“Fuimos casi todos los días en el transcurso de tres semanas. A veces me pregunto por qué. Fue mayormente para compartir experiencias y entender cómo vidas que empiezan en un mismo punto pueden tomar caminos tan diferentes”.

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Los internos crearon souvenirs para venderle a los turistas que visitaban la prisión.

Escándalos puertas adentro

La prisión de San Pedro sigue activa, a pesar de que ha habido varios planes para cerrarla .

Durante años, sus giras fueron un secreto a voces, pero un día en 2009 un equipo de televisión local llegó para filmar a un político encerrado en su interior.

Mientras esperaban en la plaza, los camarógrafos grabaron un flujo constante de turistas.

Imágenes en mano, la prensa boliviana publicó la historia. La principal preocupación local, eso sí, no fueron los turistas, sino la presunta corrupción de las autoridades, que se creía recortaban un porcentaje de los beneficios de las visitas.

Tras el escándalo, se revocó el derecho a visita de los prisioneros, lo que causó un motín y unos 80 niños fueron evacuados.

En 2013, la historia se volvió aun más oscura cuando se difundió la noticia de que una niña de 12 años había quedado embarazada dentro de la cárcel, tras una supuesta violación por parte de su padre encarcelado y otros hombres.

Las ONG enfocadas en la protección de la infancia pidieron la prohibición de que niños vivan en su interior.

Hoy en día los mochileros deben optar por tours más tradicionales, fuera de los muros de la prisión, porque las visitas masivas a la cárcel ya no son posibles. Pero hay un tour a pie pasa por fuera y cuenta la historia de Marching Powder .

Cuando Rusty Young y Thomas McFadden regresaron a la prisión para el documental Wildlands , se encontraron con uno de esos grupos de turistas y se colaron con ellos, de incógnito.

“Siguen cometiendo errores, así que no pude dejar de hacer preguntas inteligentes”, dice Young. Eventualmente un viajero irlandés, que acababa de leer el libro, reconoció a la pareja. “Él susurró, ‘¡Tú eres Rusty y tú eres Thomas!’ Y nos fuimos juntos a tomar una cerveza”.

En el 2000 ambos viajaron a Colombia, después de la liberación de McFadden. Encontraron trabajo como profesores de inglés y escribieron el libro , que se convirtió en un éxito de ventas de The New York Times .

Thomas se trasladó a Tanzania y Rusty regresó a Australia, donde escribió su segundo libro. Su novela “Colombiano”, sobre un adolescente que se ve envuelto en una organización terrorista colombiana, será presentada este año.

El documental Wildlands utiliza su historia en la cárcel de San Pedro como una plataforma para explorar todas las facetas del tráfico de drogas e incluye entrevistas con exagentes de la policía encubiertos y un asesino que era uno de los hombres de confianza del narcotraficante colombiano Pablo Escobar.

Pero el tan esperado largometraje basado en el libro aún puede estar a años de distancia.

Los derechos fueron adquiridos por la productora de Brad Pitt pero ya expiraron.

El director de “Narcos”, José Padilha, ha estado vinculado al guión y los actores Don Cheadle y luego Chiwetel Ejiofor expresaron su interés en interpretar a Thomas McFadden, pero la película aún no comenzó a producirse.

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