Red Bulls 0-0 Real Salt Lake: Sobraron emociones, faltaron goles

El marcador dirá que no hubo goles, pero la grama de la Red Bull Arena se empapó de sudor y emociones de un partido intenso, jugado en un rápido vaivén que debió haber dejado un buen sabor de boca a los 16,213 aficionados que se dieron cita.

Pudo ser un partido de muchos goles en ambos arcos, pero las malas decisiones y la pólvora mojada tanto de Red Bulls de Nueva York como el Real Salt Lake terminó en un 0-0.

La primera oportunidad clara llegó tempranito, en un error de Luis Robles que regaló el balón en la salida a Sebastián Saucedo y éste se metió al área y disparó para estrellar el balón en el poste, el rebote le quedó a modo en el área chica a Yura Movsisyan, pero apareció de manera milagrosa Tyler Adams salvando sobre la línea.

Los Red Bulls tuvieron su gran oportunidad al 19′ en un centro justo a la cabeza de Bradley Wright-Phillips, que fue el más sorprendido al verse tan solo y envió el cabezazo desviado.

Pasaron ocho minutos y llegó la oportunidad para su compañero Gulbrandsen, que en un balón filtrado por Wright-Phillips,  se subió a la moto y desde medio campo metió un pique olímpico y al momento de definir sacó un disparo muy elevado.

Para la segunda mitad, el ritmo no bajó y tras unos segundos rodando el balón, el Real Salt Lake ya había puesto a prueba una vez más a Robles, que respondió con una atajada monumental.

Luego vino, quizá la mejor jugada del partido.

Gulbrandsen se puso el traje de torero y fue dejando rivales sembrados de la banda derecha al centro, se perfiló de zurda y disparó colocado, abajo, donde duele a los arqueros, pero sin la potencia necesaria para vencer a Matt Van Oekel, que con una gran estirada envió el balón a tiro de esquina, en una bella estampa futbolera.

Ambos equipos lo intentaron hasta el final, pero el marcador nunca se movió.