Más allá de la victoria contra la reforma de salud de Trump

En el Distrito 13 de Nueva York, que represento en la Cámara Baja, 156,500 de mis constituyentes hubieran perdido cubertura médica

El retiro de la Cámara de Representantes de la reforma de salud con la que el presidente Donald Trump buscaba reemplazar la Ley del Cuidado de Salud Asequible (ACA), representa una gran victoria para todos los estadounidenses y, muy especialmente, para los neoyorquinos.

La Ley de Cuidado de Salud Estadounidense (AHCA), también llamada “Trumpcare”, hubiera dejado sin cuidado médico a 2.7 millones de neoyorquinos y le hubiera costado a los contribuyentes del estado $6 mil 900 millones en costos adicionales.

Tan solo en el Distrito 13 de Nueva York, que represento en la Cámara de Representantes, 156,500 de mis constituyentes hubieran perdido cubertura de salud debido a los recortes al Medicaid.

Durante nuestra lucha para frenar la aprobación del Trumpcare, denunciamos que en el AHCA se había incluido la provisión ‘Empire State Kickback’, que perjudicaba directamente al estado de Nueva York al negarle $2 mil millones en fondos federales de Medicaid por encima de los ya $5 mil millones recortados en dicho proyecto de ley.

También realizamos varios foros comunitarios en Harlem, El Bronx y el Alto Manhattan, en los que dimos a conocer al público el retroceso que significaba para nuestras comunidades y para el país la aprobación del AHCA, sustentado por el informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), que indica que 24 millones de estadounidenses perderían su cobertura de salud en una década, incluyendo 14 millones sólo en 2018.

Otros datos del CBO mostraban claramente lo perjudicial que iba a ser la ley sanitaria de Trump para las personas mayores, las mujeres, los discapacitados y las comunidades pobres. Bajo el proyecto de ley republicano, una persona de 64 años con ingresos de $26,500 en el mercado individual iba a pagar $12,900 más en sus primas cada año.

Además, al dejar sin financiamiento a Planned Parenthood por un año, el proyecto de ley provocaría que muchas mujeres perdieran el acceso a atención médica, incluyendo a anticonceptivos y a otros servicios de planificación familiar.

Estoy de acuerdo con muchos de mis colegas que afirman que el AHCA no era una reforma sanitaria sino una reforma fiscal, porque perjudicaba a los pobres y daba beneficios a los ricos. El proyecto de ley le daba $600 mil millones de dólares en recortes de impuestos a los estadounidenses más ricos y a grandes corporaciones, incluyendo $2 mil 800 millones de dólares a las 400 familias más ricas de los Estados Unidos.

El AHCA, también llamado “Pague Más Por Menos”, era tan impopular, que en una encuesta reciente apenas contaba con el apoyo del 17% de los estadounidenses.

Este proyecto de ley era un ataque frontal contra Nueva York y nuestra visión inclusiva de que el cuidado de la salud es un derecho fundamental y humano.

Los republicanos y el presidente Trump deben revestirse de humildad, escuchar al pueblo estadounidense y sentarse en la mesa de negociaciones a fin de trabajar de manera bipartidista tanto en la mejora del ACA como en todos los proyectos de reforma que tienen por delante: la reforma fiscal y la reforma migratoria.

De no hacerlo así, tal como lo hicimos contra el AHCA, estaremos en pie de lucha.

(Adriano Espaillat es congresista por el Distrito 13 de NY)

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