Pautas para ofrecer santuario

Nueva York marca la pauta para defender a inmigrantes

Varios manifestantes  fueron detenidos en el curso de una protesta en la que se congregaron más de 200 personas para repudiar la nueva legislación HB 318 que veta las ciudades santuario.

Varios manifestantes fueron detenidos en el curso de una protesta en la que se congregaron más de 200 personas para repudiar la nueva legislación HB 318 que veta las ciudades santuario. Crédito: EFE

Desde que Trump asumió el mando, se ha generado un nivel sin precedente de temor en las comunidades inmigrantes en Nueva York y en todo el país. Los informes de redadas arbitrarias han provocado pánico en las familias, y muchas temen ir a lugares que antes consideraban seguros, entre ellos las escuelas y los hospitales.

Pero además de pánico, también hemos visto una renovada determinación de resistir. Los funcionarios públicos en Nueva York y otras grandes ciudades han tomado rápidas medidas para defender sus ciudades, condados y pueblos del gobierno de Trump. Se ha multiplicado lo que se denomina una política de “santuario” en todo el país, en muchos casos impulsada por los esfuerzos audaces de organizadores locales.

Este movimiento va a seguir creciendo. Trump puede intentar socavar los valores que nos dan una gran fortaleza como ciudad y país, pero ante una amenaza existencial, no cederemos. Es más, muchos hoy en día están más dispuestos que nunca a defenderse y luchar.

Pero ninguna ciudad ni funcionario público puede hacerlo solo. Es hora de que los funcionarios públicos se unan y se ayuden intercambiando información sobre sus experiencias.

Con ese fin, el Center for Popular Democracy recientemente compiló un conjunto de recursos, Protecting Our Communities, con prácticas óptimas y las lecciones más valiosas de ciudades que aprobaron en años recientes una política de santuario.

Los recursos fueron preparados no solo para legisladores sino también defensores, y examinan varias maneras importantes en que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (Immigration and Customs Enforcement o ICE) se apropia de los recursos de las agencias de la ley a nivel local para poner en práctica la política de inmigración y lo que las ciudades y condados pueden hacer para limitar la magnitud de esta intrusión.

Por ejemplo, cooperar con ICE respecto a solicitudes de órdenes de detención es totalmente opcional, pero en muchas municipalidades esa decisión recae en las agencias de la ley. Una práctica mejor, señala el informe, sería promulgar leyes con los cambios, lo que dificultaría la anulación de medidas de política dictadas por gobiernos locales.

De manera similar, la relación contractual con ICE es totalmente voluntaria y eso incluye el programa 287(g), un aspecto central del decreto ejecutivo de Trump que les da a los agentes de la ley a nivel estatal y local el poder de actuar como funcionarios de inmigración. Sin embargo, por más que sea voluntaria, se recomienda en el informe una prohibición explícita de tales acuerdos, lo que dificultaría su anulación si cambian las tendencias políticas.

Los recursos también detallan límites de la autoridad federal que las municipalidades deben tener en cuenta. Por ejemplo, si bien se requiere que las ciudades y los condados compartan con ICE información sobre el estado inmigratorio de las personas, no tienen la obligación de brindar información personal, lo que a menudo puede ser incluso más valioso al ayudar a ICE a localizar inmigrantes para su detención y deportación. Los gobiernos locales tienen pleno derecho a limitar el tipo de información que comparten con ICE.

Finalmente, los materiales mencionan maneras de no solo reaccionar sino también actuar con anticipación para crear un entorno donde los inmigrantes y otros se sientan protegidos. Eso incluye un replanteamiento de las leyes drásticas sobre el orden público que facilitan que los inmigrantes caigan dentro de la maquinaria de deportación masiva del gobierno. Significa crear acceso a programas de asesoría que ponen a inmigrantes en contacto con abogados, lo que aumenta la probabilidad de que ganen un caso de deportación.  Significa además, considerar programas como los de identificación municipal y ayuda con la ciudadanía, que facilitan que los inmigrantes se integren.

No es de sorprender que Nueva York ya ha marcado la pauta en muchas de estas medidas. No solo tenemos el mayor programa de identificación municipal en el país, sino que también hemos prohibido el acceso por ICE a cárceles locales y restringido el intercambio de información sobre inmigrantes, incluidos aquellos que usan los servicios de la ciudad.

El informe es un recurso importante, pero eso no es todo. Esa semana, también tuvimos una conferencia para legisladores de todo el país sobre ciudades santuario, la primera reunión de su tipo. Fue organizada por Local Progress, un grupo de legisladores locales dedicados a mejorar las ciudades y encabezada por la presidenta del Concejo Municipal Melissa Mark-Viverito, una defensora de los inmigrantes en Nueva York.

Hoy, las medidas de política más vanguardistas en el país con frecuencia se originan a nivel local, y las ciudades santuario no son excepción. La reunión ofreció un espacio donde los legisladores pudieran formular estrategias de manera coordinada para promover un plan común a fin de combatir los peligros provenientes de Washington. Las ciudades ya han probado que colaborar las hace más fuertes y han aunado sus fuerzas para apoyar juicios contra el decreto ejecutivo sobre ciudades santuario y la prohibición de inmigrantes de Trump.

A fin de ganar esta batalla, todos debemos encontrar maneras nuevas y más audaces de colaborar y mantenernos unidos contra la amenaza de Trump. Los neoyorquinos saben que la unión hace la fuerza, y haremos todo lo posible para ayudar a los inmigrantes, que son la base de nuestro país.

(Andrew Friedman es codirector ejecutivo del Center for Popular Democracy)

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