KIPP NYC: la tarea es llevar a sus estudiantes a una vida universitaria exitosa

Con sus sedes en El Bronx, Harlem, Brooklyn y el Alto Manhattan esta red se empeña en acompañar a sus alumnos en un desempeño profesional que aporte a su comunidad y familia

El modelo pedagógico busca la integración y el trabajo en equipo.

El modelo pedagógico busca la integración y el trabajo en equipo. Crédito: Shenequa Pierre - KIPP NYC | Cortesía

La misión que se han trazado las escuelas charter KIPP NYC que forma parte de una red nacional de 250 planteles autónomos públicos y gratuitos, es muy específica: dar soporte a sus alumnos y mostrarle el mejor camino para llegar a la universidad.

Con opciones de educación primaria, intermedia y secundaria en 15 sedes distribuidas en el sur de El Bronx, Harlem, Brooklyn y el Alto Manhattan esta institución  se asocia con colegios y universidades de todo el país para buscar vías para apoyar a los estudiantes universitarios de primera generación.

Junto con más de 80 socios universitarios, se ha creado un modelo escalable para el acceso y finalización de la universidad.

La dominicana Lariely Sánchez, directora de KIPP NYC, asegura que el enfoque de instrucción no solo dirige la mirada fija al área académica, sino también al área socioemocional.

“Tenemos escuelas con una población escolar muy diversa, con estudiantes de todas partes del mundo. Y nuestra meta desde el primer día que ingresas a nuestras aulas es proveerle información y apoyo académico para que se enrumben a la carrera universitaria que los haga feliz. Pero que esta herramienta permita aportar al bienestar de su comunidad y su familia”, destacó Sánchez.

KIPP NYC destaca dentro de sus valores, que más allá de la instrucción de materias básicas, se empeñan en buscar caminos para apoyar al niño o al joven en todas las áreas de la vida.

“Somos una escuela pública. Toda persona que tenga una dirección dentro de la ciudad de Nueva York puede aplicar para ser parte de nuestros centros educativos. Obviamente, le damos prioridad a quienes están en nuestros distritos escolares. Por ejemplo en el caso de mi plantel está en el distrito 12. El 90% de los asientos están ocupados por estudiantes de familias de bajos recursos”, estimó la educadora.

Como en todas las escuelas autónomas de la Gran Manzana la aplicación para el ingreso, pasa por un proceso aleatorio (lotería) que prioriza entre una serie de factores a quienes califican por almuerzos gratuitos.

Se habla español

Aunque en esta red de planteles, no se ofrece específicamente clases de español en sus programas académicos, se han enfocado por insertar en sus equipo docentes y motivadores a personas de habla hispana, para atender la realidad demográfica de sus localidades.

“Particularmente entendemos los desafíos que tiene un niño recién llegado al país que apenas está aprendiendo el inglés. También entendemos que la comunicación con su familia es fundamental, por ello en nuestras reuniones y en nuestra dinámica diaria la interrelación en español es muy importante”, subrayó Sánchez.

La guatemalteca Kerlyn Hernández, residente del Alto Manhattan, valora la motivación que ahora tiene su hijo de participar en clases remotas y cumplir con las tareas asignadas.

“Mi hijo viene de una escuela regular. Realmente se nota la diferencia con sus ganas de participar y aprender. Nosotros los padres tenemos que estar muy integrados en este proceso porque además es la forma de trabajo de la escuela, en su esquema es casi obligatorio incorporar a la familia”, dijo Hernández.

El desafío “online”

Antes de la pandemia el proceso de integración y de “bienvenida” al nuevo alumno a esta red de escuelas incluía visitas familiares de los orientadores para estructurar una dinámica de cooperación y de trabajo en equipo.

“Aunque la emergencia de salud pública obviamente ha trastocado de alguna manera todo el sistema, nosotros tenemos la satisfacción que el esquema de clases remotas, ha significado un desafío interesante, en donde por ejemplo actividades extracurriculares como danza y música no han sido suspendidas”, explicó Lariely Sánchez.

El equipo, agrega la docente, ha ideado esquemas de trabajo creativos e innovadores a distancia que han resultado muy positivos. En algunos casos, los estudiantes han progresado mucho porque no tienen distracciones en el aula.

“Obviamente los niños necesitan la interrelación en los espacios escolares. Y en el futuro, cuando poco a poco se vuelva a clases en el aula, bajo los esquemas de protección ideados por las autoridades, nos queda la experiencia muy positiva de haber estructurado procesos pedagógicos muy interesantes. Tuvimos la posibilidad de clases virtuales uno a uno que resultaron muy eficientes”, concluyó.

Una escuela diversa:

  • 6,461 estudiantes de K a 12
  • 99% de estudiantes de color.
  • 88% califican para almuerzo gratis o a precio reducido.
  • 20% están clasificados como con necesidades de educación especial.
  • 92% de los estudiantes una vez que ingresan se quedan en el plantel hasta terminar el curso.

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