Alta tensión en el fútbol argentino

Buenos Aires/Notimex – Los violentos enfrentamientos entre las bandas de ‘barras bravas’ han cubierto de tensión al futbol argentino y obligado a intervenciones judiciales para prevenir más actos de violencia en los estadios locales.

Apenas esta semana la justicia emitió un fallo para impedir el ingreso a cualquier estadio argentino de Mauro Martín y Rafael Di Zeo, dos ex líderes de la porra del Boca Juniors, tras el encontronazo del domingo pasado en la casa ‘xeneize’.

Ambos aficionados, que son temidos tanto por fanáticos del equipo como por los jugadores, se toparon en las gradas de ‘La Bombonera’ con sus respectivos grupos y luego del partido Boca-Atlético de Rafaela destrozaron parte de las instalaciones del recinto deportivo.

Los dos líderes de las pandillas futboleras no podrán acudir a ningún partido durante un año, por lo menos, y aunque Di Zeo, quien recién salió este año de prisión, impugnó la medida, finalmente tendrá que conformarse con dirigir a las barras desde lejos.

Tanta era la tensión provocada que hasta el vicepresidente de Boca Juniors, José Beraldi, se mostró satisfecho con la decisión judicial.

“Nos pone contentos porque trabajamos mucho para que la gente de Boca pueda seguir alentando a su equipo en La Bombonera”, confesó Beraldi.

La ‘barra brava’ de River Plate, otro influyente grupo de fanáticos, también recibió una sanción judicial esta misma semana, ya que un juez procesó sin prisión preventiva a cuatro de sus líderes por “amenazas coactivas” contra el árbitro Sergio Pezzotta.

El fallo responde a una causa iniciada el 26 de junio pasado, cuando River descendió de categoría por primera vez en su historia y los barristas se metieron a protestar en plena cancha, tratando de golpear a los propios jugadores.

“Si River no gana, de acá no salen. Inventen algo, den un penal porque de acá no salen”, fue la frase con la que uno de los agresores amenazó directamente al árbitro y a sus asistentes y por lo cual ahora enfrentarán un juicio.

La presencia de los grupos violentos, sin embargo, sigue latente en todos los clubes, pues a fines de octubre pasado varios de ellos se colaron en un entrenamiento de San Lorenzo para golpear a la estrella Jonatán Bottinelli como represalia por su bajo rendimiento.

Las ‘barras bravas’ son consideradas una especie de ‘Frankestein’ del fútbol argentino, ya que en principio los clubes las organizaron como una especie de grupo parapolicial para infiltrarlos en las zonas populares a fin de vigilar a los hinchas y evitar robos.

Con el tiempo, estos grupos fueron adquiriendo mayor poder porque las dirigencias les otorgaron la concesión para la venta de comida en los estadios o sus alrededores, el cuidado del estacionamiento, la venta de banderas, gorras y camisetas.

Cuando las ‘barras’ comenzaron a presionar a los presidentes de los clubes, con amenazas de por medio, consiguieron también un margen de entradas para los partidos que vendían por su cuenta, consiguiendo así jugosas ganancias.

La cereza del pastel la obtuvieron con los viajes internacionales a los que son llevados como parte de las delegaciones oficiales de los equipos que disputan torneos en el extranjero, e incluso en los cotejos de la selección argentina en los mundiales.

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