Bocatabú rock dominicano con ‘Historias Vírgenes’

Los Ángeles – A ellos no les gusta interpretar ni la bachata ni el merengue, ritmos que le han dado reconocimiento internacional a la República Dominicana. Lo de Bocatabú es el rock, un género que los ha llevado a captuarar seguidores fuera de su isla.

Giorgio Siladi (vocalista y multiinstrumenlista), en 2007 comenzó a reunir talento que, de alguna manera se identificara con sus ideas musicales. De esa manera conectó con el batería Miguel Abreu, quien reclutó a Óscar Patxot. Luego llegó la violinista Claudia Ponjuan, el guitarrista Eduardo Fernández y el bajista Francisco Caamaño, quien habló en entrevista con La Vibra, sobre su primer disco “Historias Vírgenes”.

-No es muy común el rock en República Dominicana. ¿Cómo nace esta banda de rock en medio de influyentes sonidos caribeños?

La escena primordial e internacional es el merengue y la bachata. Pero sería injusto no decir que existe una escena de rock. Al ser una isla del Caribe recibimos un bombardeo de ritmos de diferentes partes del mundo, que encienden esa actitud e inquietud de explorar otros sonidos. Existe esa escena que, aunque no es tan sólida como la bachata o el merengue, sí hay una fuente creciente en el rock; una corriente con muchas inquietudes y un deseo increíble por ese sonido. Así que en República Dominicana no sólo es merengue y bachata: hay mucho por ofrecer, como el rock.

-¿De dónde surge el nombre de Bocatabú?

Es una palabra compuesta. No existe en el diccionario. Lo decidimos después de varios intentos. Lo mas difícil de una banda es conseguir un nombre que contenga la esencia de lo que es. Boca se refiere al instrumento de comunicar. Tabú no es por lo prohibido en la sociedad, sino por ese mundo interior que llevamos dentro, todos esos sentimientos y cosas que reprimimos. Boca es el canal perfecto para sacar a la luz todo aquello que habita en nuestro interior.

-¿Cómo logran separarse de lo comercial y crear un sonido muy único?

Primero, teniendo la mente abierta a nuestras realidades musicales. Y segundo, haciéndolo de manera natural y evitar lo prefabricado. No hacemos un tema pensando en que tiene que tener tres minutos 30 segundos o tener un coro exactamente prediseñado de cierta forma para que sea aceptada en la radio. Lo nuestro es más el elemento orgánico, la fluidez, que tiene cada uno: eso es lo que ha hecho de nosotros lo que somos.

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