Debate por muerte de clérigo radical
Washington/Notimex – El asesinato de un clérigo radical estadunidense en una operación de contrainteligencia reavivó el debate sobre los alcances de la guerra contra el terrorismo cuando un país atenta contra la vida de sus ciudadanos.
Anwar al-Awlaki no es el primer estadunidense muerto por su gobierno en la lucha contra el terrorismo, pero la prominencia de su caso ha colocado a la administración del presidente Barack Obama a la defensiva de nueva cuenta.
El vocero presidencial Jay Carney rehusó explicar el viernes la argumentación legal del gobierno para ir en contra de uno de sus propios ciudadanos.
Una y otra vez Carney replicó su renuencia para hablar sobre lo que calificó como “las circunstancias” del operativo donde perdió la vida el también estadunidense Samir Kahn, identificado como editor de una revista simpatizante de Al-Qaeda.
“Ciertamente no voy a responder a una pregunta como esa de ninguna manera que se relacione con los eventos de hoy”, dijo categórico.
Aunque tampoco dejó en claro si el gobierno dará a conocer la evidencia contra al-Awlaki eventualmente, Carney sí se mantuvo firme en el dicho de que éste era más que una figura de inspiración y de reclutamiento,
“El era un líder importante” de la filial de Al Qaeda en la Península Arábiga”, indicó el vocero, asegurando que estuvo involucrado en “graves intentos de ataques terroristas” contra Estados Unidos.
Estados Unidos lo acusó de estar detrás del fallido atentado de un estudiante nigeriano que trató de hacer explotar una carga explosiva oculta en su ropa interior en diciembre de 2010 en un vuelo internacional en ruta a Detroit.
De igual modo, habría inspirado el ataque con armas de fuego a manos de un oficial del ejército estadunidense quien en noviembre de 2009 mató a 13 personas en el Fuerte Hood en Texas.
Los hechos ocurridos el viernes en Yemen reflejó además los alcances de la determinación de Obama para enfrentar la amenaza terrorista, invocando una autoridad sobre la que existen opiniones encontradas.
