Despelote americano

Los puertorriqueños no son extranjeros dice la Academia que otorga los Oscares. Y las estrellas latinas se sienten insultadas.

Un grupo de estrellas de Hollywood, la gran mayoría de descendencia puertorriqueña, que irónicamente han hecho sus carreras en el mundo de habla inglesa, incluyendo a los actores Benicio del Toro (Oscar), Jimmy Smits (Emmy), Esai Morales y Miriam Colón, expresaron su desacuerdo con la decisión de la Academy of Motion Picture Arts and Sciences’ de negarle a Puerto Rico competir por un Oscar en la categoría de Foreign Language Category. Ellos se unieron a un grupo de celebridades y organizaciones latinas de arte para protestar y apelar la decisión, diciendo en parte que las películas puertorriqueñas califican porque “…nosotros producimos en español y estamos geográfica y legalmente fuera de los Estados Unidos”.

Frances Lausell, la productora de “América”, el film en medio del titingó, argumentó en su apelación a la Academia diciendo que “esto no es un tema político, tiene que ver con el derecho de una cultura expresar su derecho a hacer arte que captura su esencia y que se le reconozca como tal por la comunidad internacional”.

Que esto no es un issue político, es el argumento más mongo que he escuchado en largo tiempo. Sí hay un tema político, este es y tiene raíces profundas en el estatus político de la isla.

Puerto Rico ha vivido por demasiado tiempo en una locura política que se le permite jugar simultáneamente en dos partidos. Esta decisión de la Academia va al grano con todo lo que tiene que ver el issue político del estatus.

Vale repetir lo que se sabe, existir en una cerca metafórica produce esquizofrenia política y cultural. Como ciudadanos americanos, los puertorriqueños técnicamente no son extranjeros, pero todos sabemos que este papelito no les protege de ser tratados como ciudadanos de segunda clase –aquí y allá en la isla bella donde nací.

Ultimamente tampoco ser ciudadano americano protege de que algunos boricuas sean confundidos como “ilegales”, sean arrestados por una migra agresiva y deportarlos equivocadamente a México.

Y no olvidemos la locura durante las primarias demócratas del 2008, cuando la nación americana se quedó en shock al “descubrir” que los puertorriqueños sí pueden votar en las primarias, pero su voto para elecciones presidenciales no cuentan, técnicamente. ¡Más locura!

Culturalmente esta isla caribeña ha creado uno sitio muy especial dentro de la familia latinoamericana. Y eso no va a cambiar gracias a los nacionalistas que luchan por un espacio, donde la cultura y el español siguen estoicamente presentes, a pesar de la bandera adicional que decora las oficinas gubernamentales.

Pero la ignorancia sobre Puerto Rico va más allá de la Academia, es global, apesta y duele.

El Estado Libre Asociado ha parido ambigüedad política y cultural. Si no decidimos como pueblo, entonces otros decidirán por nosotros. En este caso la Academia decidió.

Suscribite al boletín de Noticias

Recibe gratis las noticias más importantes diariamente en tu email

Este sitio está protegido por reCAPTCHA y Google Política de privacidad y Se aplican las Condiciones de servicio.

¡Muchas gracias!

Más sobre este tema
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain