Dominicanos superan la tragedia del vuelo 587

Crecimiento y evolución de la comunidad dominicana desde la tragedia del vuelo 587 hasta hoy

NUEVA YORK – El 12 de noviembre de 2001, la madre dominicana Xiomara Sandoval notó que sus dos hijos, Rafael, entonces de 5 años, y Kiomaris, de 7, llegaron tristes de la escuela, y cuando les preguntó la razón de aquella tristeza ellos le contestaron que un amiguito del centro de estudios había muerto en el vuelo 587.

Se trataba del nieto del merenguero dominicano Cuco Valoy, quien pereció en el fatídico vuelo junto con su madre, Mercedes Valoy, y quien era muy popular en la escuela intermedia C.S. 11.

“Esa muerte afectó mucho a mis hijos, especialmente a Rafael, quien debido al trauma de la tragedia se negaba a montarse en un avión cuando nos íbamos de vacaciones a República Dominicana”, dijo Sandoval.

Para el 2001, Sandoval trabajaba en un supermercado de 1 p.m. a 10 p.m., un horario que le impedía compartir con sus hijos.

“Cuando yo llegaba del trabajo mis hijos estaban durmiendo y cuando me iba ellos estaban en la escuela”, dijo Sandoval. “Por eso, tres años después de la tragedia, en 2003, decidí darle un giro a mi vida, me inscribí en la universidad y terminé la carrera de Pedagogía”, señaló la madre.

En los diez años que han transcurrido desde aquella fatídica mañana de 2001, Sandoval ha visto muchos cambios no sólo en su familia sino en la comunidad dominicana que reside en Nueva York.

Hoy día Sandoval es una de las investigadoras del Instituto de Estudios Dominicanos, su hija Kiomaris, de 17 años, estudia Biología en la universidad de Buffalo con planes de tomar la carrera de Medicina, y su hijo Rafael, de 16 años, cursa el 11 grado de secundaria y es un prospecto en béisbol, con grandes posibilidades de llegar a Grandes Ligas como lanzador.

Sandoval también contribuyó a engrosar el número de estudiantes dominicanos matriculados en la Universidad de la Ciudad de Nueva York, CUNY, ya que de 21,280 estudiantes que había en 2002, en 2008 aumentó a 27,000, el porcentaje mayor entre los latinos.

Aunque el Departamento de Educación no tiene estadísticas de los estudiantes dominicanos en el sistemas de escuelas públicas de Nueva York, una investigación publicada en la revista Camino Real del Instituto de Estudios Dominicanos, revela que de 1999 a 2000, cerca del 16% de los estudiantes de escuela elemental e intermedia habían nacido en el extranjero, y cerca de la quinta parte de éstos (unos 20,000) eran dominicanos.

Para octubre de 2010, había 34,138 estudiantes que habían nacido en República Dominicana en el sistema de escuelas públicas de Nueva York, lo que representa el 3% del total de estudiantes en dicho sistema escolar. De este total, 22,805 fueron clasificados como “English Language Learners”, de modo que el 67% de los estudiantes dominicanos están desarrollando sus habilidades para ser bilingües. Además, el 50% de los nuevos estudiantes inmigrantes llegaron a la ciudad de Nueva York en la adolescencia, incluyendo los dominicanos, y entraron a las escuelas públicas en la secundaria.

La población dominicana ha variado mucho en los últimos años, y debido a los cambios demográficos, la hegemonía poblacional pasó del Alto Manhattan a El Bronx, donde reside la familia de Sandoval.

De 2000 a 2010, según los Censos 2000 y 2010 y la División de Población del Departamento de Planificación, la población dominicana en la ciudad de Nueva York pasó de 532,793 habitantes, a 576,701, y mientras en Manhattan, en dicha década, bajó de 178,173 a 155,971 habitantes, en El Bronx creció de 177,609 a 240,987.

Entre 2000 a 2008, la población dominicana en los Estados Unidos creció de 1,041,910 habitantes, a 1,468,542, un dramático 41%.

El poder político de los dominicanos también se multiplicó durante del decenio. En 2001, la comunidad sólo tenía en la ciudad a dos oficiales electos: al concejal Guillermo Linares y al asambleísta Adriano Espaillat.

Hoy día tiene ocho oficiales electos: los senadores estatales José Peralta, y Adriano Espaillat; los asambleístas Nelson Castro y Guillermo Linares; y los concejales Ydanis Rodríguez, Julissa Ferreras, Diana Reyna, y Fernando Cabrera (domínico-puertorriqueño).

Además, hoy día los dominicanos están luchando para que en la nueva redistribución de distritos que dejaría a Nueva York sin dos de sus 29 escaños en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos en 2013, se cree un distrito hispano a fin de tener la oportunidad de llevar al primer dominicano al Congreso.

El poder político de los dominicanos no sólo aumentó en Nueva York en esta década, sino también con relación a la isla, gracias a la aprobación en 1997, y la implementación en 2004, del voto del dominicano en el exterior. En 2012 la comunidad dominicana va a escoger por primera vez en su historia a tres diputados de ultramar, que legislarán a su favor en el Congreso quisqueyano.

Hasta el momento los dominicanos han votado en dos ocasiones para escoger al Presidente y Vicepresidente, en 2004 y 2008. De acuerdo con datos de la Junta Central Electoral, en 2004 se inscribieron 24,343 personas, de las cuales votaron 16,608 (68.22%), y del total de votos un 73.68% fue por el Partido de la Liberación Dominicana, PLD, y un 21.45% por el Partido Revolucionario Dominicano, PRD.

En 2008 se inscribieron 55,989, y sufragaron 30,145 (53.84%), y del total 58.98% lo hizo por el PLD, y el 37.09% por el PRD.

De modo que en unas elecciones cerradas, como se espera serán las del 20 de mayo de 2012, los dominicanos de Nueva York podrían decidir quién gobernará la nación.

Las contribuciones de los dominicanos que residen en el exterior a través de las remesas fueron de $1,807.81 millones de dólares en 2001, y en 2010 ascendieron a $2,998 millones de dólares. De enero a junio de 2011 va por $1,539.4 millones. Se calcula que las remesas benefician al 20% de los hogares dominicanos (unos 500,000 hogares), según datos del Banco Central de la isla.

Y cuando Sandoval sale a comprar se encuentra que en la ciudad ahora hay más bodegas de dominicanos que en 2001.

De acuerdo con José Fernández, presidente de la Federación de Bodegueros de los Estados Unidos, en 2001 había en la ciudad 2,600 bodegas propiedad de dominicanos (que representaban el 95% de las bodegas de la ciudad), y este número aumentó a más de 7,000 en 2010, de las cerca de 12,800 bodegas de la ciudad.

“El incremento se debe a que mientras en 2001 los bodeguero financiaban sus negocios a través de préstamos callejeros con altos intereses, lo que les imposibilitaba pagar sus negocios y perderlos, con los años ellos se educaron en el sistema financiero y hoy día se manejan con créditos legales”, explicó Fernández.

En el tema cultural, la única biblioteca especializada en estudios dominicanos en los Estados Unidos con sede en una universidad, la del Instituto de Estudios Dominicanos, comenzó con unos 50 libros en 1994, y de 2001 a 2011 pasó de unos 1,050 libros a una colección de más de 4,000 ejemplares, con obras de alto valor histórico como “El Álbum de Oro de la Feria a la Paz y Confraternidad del Mundo Libre”, que recoge dicho acontecimiento celebrado en la capital dominicana en 1956.

“Aquí vienen estudiantes de todo el mundo, incluso de Japón y Alemania, a hacer investigaciones sobre los dominicanos en los Estados Unidos”, reveló Sarah Aponte, directora de la biblioteca.

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