El bullpen puede decidir una Serie inédita
NUEVA YORK – El escenario está preparado para el acontecimiento de béisbol más esperado. La Serie Mundial de béisbol ya es un hecho.
Con los Cardenales de San Luis, campeones de la Liga Nacional recibiendo en su casa del Busch Stadium a los Rangers de Texas, los aficionados se darán banquete desde hoy en béisbol del bueno.
Un hervidero de entusiastas fanáticos vestidos de rojo es lo que se espera esta noche en este parque, que ha de vibrar a favor del equipo más ganador de Series Mundiales -con 10- en la Liga Nacional, la segunda cifra más alta de las Grandes Ligas, detrás de los Yankees (27). Y, como si todo fuera poco, un conjunto batallador.
San Luis llegó aquí desde abajo, dando la guerra que sus otros adversarios no esperaban, porque aunque en el papel no lucían superiores se impuso la voluntad.
Precisamente en este clásico otoñal, si nos ponemos a estudiar ambas nóminas, los Rangers o Vigilantes de Texas lucen como más solidos. San Luis tendrá que evitar el descuido y aprovechar todas las oportunidades.
Con un cuerpo de lanzadores primera categoría, encabezado por C.J. Wilson (16-7, 2.94), Derek Holland (16-5, 3.95), Matt Harrison (14-9, 3.39), acompañados de Colby Lewis (14-10) y Chris Carpenter (11-9) y en tremendo bullpen con el cerrador Neftalí Féliz (2-3, 2.74, 32/34 salvados) a la cabeza, los visitantes de hoy lucen como huesos duros de roer, si la artillería encabezada por Adrián Beltré (.296, 32, 105), Josh Hamilton (.298, 25, 94) y el MVP del campeonato de la Liga Americana, Nelson Cruz (.263, 29, 87) entran en acción con contundencia. Sin embargo, con todo lo que enseña el papel San Luis cuenta con Albert Pujols, considerado el jugador más completo en las Mayores, quien lidera a otros de envergadura como Matt Holliday, Lance Berkman, David Reese, entre otros de gran valía en el aspecto ofensivo.
El relevo de Jason Motte, Octavio Dotel, Marc Rzepzynski, entre otros, respalda a una escuadra de abridores de San Luis encabezada por Chris Carpenter y compañía.
En fin, en el terreno veremos a dos equipos con sed de victoria.
A la guerra.
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