Hispanos republicanos poco hacen por mejorar la imagen

Los republicanos crearon la Hispanic Leadership Network (HLN) el año pasado intentando recapturar el voto latino que perdieron en los comicios presidenciales del 2008. George Bush tuvo un impresionante 44% de aquel apoyo en su campaña presidencial del 2004. Se encogió a un 31% cuando John McCain se midió contra Barack Obama en el 2008.

Entonces, ¿cómo puede hacer esta nueva “Red” republicana, que tiene de copresidentes al ex gobernador de la Florida, Jeb Bush y a Carlos Gutiérrez, ex secretario del Departamento de Comercio federal, nombrado por el hermano de Jeb, George, para ganarse a este tremendo bloque de votos en el 2012, después de años de ataques republicanos contra la comunidad latina?

El segundo congreso de la HLN se llevó a cabo en Albuquerque a finales del mes pasado. Ni Bush ni Gutiérrez asistió. La gobernadora de Nuevo México, Susana Martínez, sugirió durante su discurso de apertura que se entablaran verdaderas “conversaciones” con la comunidad. “Piensan igual que ustedes –tienen los mismos valores– pero tienen que darse la molestia de conversar con ellos sobre esos valores. Si no lo hacen, todo lo que escuchan es la retórica”.

Hubo bastantes mea culpa en cuanto a políticas actuales republicanas que son abiertamente hostiles a muchos de los temas de importancia a los latinos. Los presentadores criticaron abiertamente esas posiciones y reconocieron que se enfrentan con desafíos para seducir al bloque de electores de mayor crecimiento en el país. Pero también señalaron las oportunidades que existen.

Dan Judy, de la empresa de encuestas republicana Ayres, McHenry and Associate, reportó que encuestas realizadas en la Florida, Nuevo México y Colorado indicaron que “los latinos en aquellos estados de voto decisivo citaron tres áreas de vulnerabilidad para los demócratas.

Una, que el presidente Obama no está desempeñándose tan bien en términos de apoyo latino comparado con la elección pasada. Dos, que los latinos perciben que Obama no ha cumplido con sus promesas, y por último, que se le percibe como un dirigente más débil que lo que previamente se imaginaron.

“Por otro lado”, añadió, “las posiciones del Partido Republicano respecto a la inmigración son problemáticas”.

Judy no hizo mención que Martínez, electa durante el 2010, año de medio término presidencial, como la primera latina gobernadora en la historia de la nación, ha sido ella misma muy crítica de posiciones republicanas algo más moderadas respecto a la inmigración, como la del candidato presidencial, Rick Perry de Texas, también gobernador.

Martínez, cuyos propios abuelos mexicanos aparentemente inmigraron a los Estados Unidos sin documentos, hizo campaña contra la ley de Nuevo México que permite que ciertos residentes indocumentados bajo ciertas circunstancias soliciten la licencia de conducir. Intentó que se revocara la ley en su primera sesión legislativa, pero no lo logró. De ahí usó fondos sin gastar de su campaña para despotricar contra la ley, y durante un sesión especial dedicada al trazado de nuevos distritos electorales, presentó un proyecto de ley para revocarla.

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