Klinsmann habla de nuevos retos

HARRISON, Nueva Jersey/AP – Después de más de una década de mutismo en los tiempos de Bruce Arena y Bob Bradley, el nuevo técnico de la selección estadounidense de fútbol, Jurgen Klinsmann, abrió ayer una sesión de entrenamiento del equipo nacional para el público en general, un día antes de jugar un amistoso con Ecuador.

Klinsmann ha hecho grandes cambios desde que sustituyó a Bradley el 29 de julio, y tiene más en mente. Por ejemplo, quiere eliminar el receso de entre dos y tres meses que tienen los jugadores de la liga estadounidense MLS cada año.

“El gran reto es para la MLS en general; ¿Cómo pueden alargar esa temporada en un formato que de alguna manera sea competitiva con el resto del mundo?. Ahora no es competitiva”, expresó. “Si tienes una temporada de siete, ocho meses, no es competitiva con el resto del mundo”.

El también ex astro de la selección alemana dijo que los jugadores de la MLS no tienen partidos suficientes en el formato actual de la campaña, que dura de mediados de marzo a finales de noviembre, incluida la postemporada. Las campañas en Europa van de mediados de agosto a mediados de mayo.

El ahora entrenador pasó 17 años en ligas importantes de Europa y ganó títulos del mundo y europeos con Alemania.

“Creo que los chicos vienen con la mente abierta, diciendo, mira, él lo logró. Ha ganado copas mundiales. Ha jugado con los equipos más grandes del mundo”, dijo el capitán de la selección, Carlos Bocanegra, de ascendencia mexicana.

En muchos sentidos, Klinsmann tiene más parecido con los seleccionados que Bradley. DaMarcus Beasley dijo que después de la victoria 1-0 del sábado sobre Honduras -el primer triunfo en los cuatro partidos con Klinsmann al mando, el técnico caminó hacia un iPad en el armario y se puso a oír música.

Tras vivir en California en los últimos 13 años con su esposa, que es estadounidense, y sus hijos, Klinsmann tiene quizás una perspectiva incomparable sobre los cambios que a su juicio necesita el fútbol estadounidense para alcanzar el nivel de las potencias mundiales.

“Si se es un seleccionado, tiene que hacer un trabajo adicional”, dijo Klinsmann. “Tiene que trabajar semanas adicionales, y no puede irse de vacaciones incluso si dice: ‘Bueno, pero creo que ahora tengo seis semanas de descanso’. Si viene y dice eso, entonces le doy un abrazo y le digo: ‘Diviértete las seis semanas, pero no vuelvas por acá'”‘.

Klinsmann se deshizo de los asistentes de Bradley y del preparador físico Pierre Barrieu, e incorporó al ex arquero de la selección de Inglaterra Chris Woods, al ex entrenador de Chivas USA, el mexicano Martín Vázquez, y a Javier Pérez, entrenador de desarrollo en el Real Madrid.

Aunque Estados Unidos y México han dominado la región durante dos décadas, los estadounidenses han jugado con un complejo de inferioridad. Klinsmann ha llegado para modificar eso. Y para ponerlo sobre la mesa. Durante casi una hora después de la práctica, estuvo en la cancha todavía hablando con los periodistas, algo que Bradley jamás hizo.

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