La música como sistema de vida

La venezolana Melina García está convencida de que muchas de las cuestiones que le suceden en la vida se dan al revés. “¿Quién iba a pensar que un político sería el primero en sumarse?” se pregunta todavía sorprendida. “Generalmente son los últimos que dan su apoyo, ¿no?” Pero no esta vez. La muchacha de Maracaibo fue concisa en su exposición a Brian Stack, el alcalde de Union City, la zona de Nueva Jersey donde vive hace varios años y a la que conoce como la palma de su mano.

La joven le habló del tremendo potencial que ve en su comunidad –compuesta casi en su totalidad de familias latinas– y también de la gran necesidad que hay.

“Le dije lo que veo. Chicos sin demasiados incentivos para continuar en la escuela y con muchos para unirse a pandillas, niñas en riesgo de salir en estado, pequeños que pasan horas solitos en casa después del colegio porque sus padres tienen dos y hasta tres trabajos. Le hable de las consecuencias de ser pobre y le dije ‘Lo peor de la pobreza no es no tener qué comer; lo peor de la pobreza es sentirse nadie’”.

La frase, una de las preferidas de Melina, es del maestro venezolano José Antonio Abreu, un músico, compositor, pianista y doctor en economía que en 1975 creó lo que se conoce como ‘El Sistema’, un riguroso entrenamiento musical para niños de extracción humilde que les brinda poderosas herramientas para poder brillar y salir adelante aún en las peores circunstancias.

Valiéndose de su carisma, su energía arrolladora y su firme convicción en el poder transformador del sistema; unos pocos minutos le bastaron para persuadir al alcalde de apoyar su Union City Music Project, un programa para niños desde los 3 a los 12 años basado precisamente en el sistema y en el que no solamente aprenderán a tocar instrumentos de orquesta –la meta a largo plazo es formar una– si no que también se convertirán en chicos seguros de sí mismos, con una gran auto-estima y capaces de lograr aquello que se propongan.

Admiradora de la filosofía de Abreu desde hace tiempo, Melina se puso contentísima cuando se enteró que un grupo de personas había iniciado El Sistema en Nueva York. “Calculo que ya vendrá a Nueva Jersey”, se dijo. Pero una noche, mientras le comentaba a su marido lo caras y malas que eran las clases de música en las que había inscripto a su hija de tres años algo en ella hizo click.

“¿Será que yo puedo traer este programa para acá? Nosotros”, continuó diciéndole a su esposo, le podemos dar a Nailah todo lo que deseamos, afecto, una buena educación; pero los padres de aquí tienen otra realidad. Tienen el deseo pero no los medios. Yo sé que el sistema puede cambiar eso, así que yo no voy a esperar. Pues no, me largo sola”.

Le duró poco la soledad y Melina fue ganando adeptos para su proyecto, desde el Departamento de Educación de Union City, hasta músicos de renombre como el joven conductor Gustavo Dudamel –él mismo entrenado en el sistema– y la mexicana-americana Lila Downs.

Hace unos días nomás, se encontró dando una charla a cientos de padres hispanos en la escuela Eugenio María de Hostos, uno de los dos colegios públicos donde inicialmente funcionará este programa gratuito.

“Todo lo que se aprende en la orquesta sirve para la vida”, les explicó Melina a esas madres y padres hispanos que colmaban la sala. “Disciplina, trabajo en equipo, creatividad, puntualidad. Nuestro objetivo”, les dijo, “es que sus hijos usen estas cosas que les dará la música para conseguir un empleo, para descollar en sus profesiones, para ser buenos padres, para ser mejores personas”.

El programa será bien intensivo y los niños aceptados en el UCMP –por sus siglas en inglés– tendrán clases todos los días, desde las 3:30 a las 6:30 de la tarde. “Los maestros serán todos músicos profesionales entrenados en el sistema y los niños van a aprender a tocar instrumentos de cuerda, percusión, viento y metales y tendrán además clases de canto, solfeo y dirección orquestal.

Pero volviendo a la meta más ambiciosa de formar buenas personas, más que buenos músicos Melina piensa trabar alianzas con organizaciones de la comunidad que puedan resolver cualquier problema que presenten los alumnos. “Si un maestro ve que un niño está triste porque algo malo está sucediendo en casa queremos poder darle ayuda psicológica”, por ejemplo.

Las aplicaciones para el ingreso estarán disponibles a mediados de octubre y la fundadora espera que el UCMP pueda abrir las puertas el año entrante. “Por ahora pensamos inaugurar el proyecto con 80 niños todos de aquí de Union City y sé que la selección va a ser sumamente difícil porque hay muchos interesados, pero esta es una experiencia piloto y ojalá podamos ampliarla pronto”, dice esperanzada.

Para donar fondos e instrumentos y para más información visite:

ucmusicproject.org o llame al: 646-706-6583.

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