La victoria de Cristina
La reelección de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner marca un acontecimiento histórico en esa nación por el margen de la victoria electoral desde el retorno a la democracia en la década del ochenta.
La jefa de estado consiguió una victoria aplastante obteniendo más de la mitad del voto – a 35% de su rival más cercano- ganó en 23 de las 24 provincias argentinas y se quedó con el control de la Cámara de Diputados y del Senado mediante sus aliados políticos. Además de ser la primera argentina reelecta a la presidencia, ella encabeza un movimiento peronista que estará 12 años en el poder al término de su nuevo periodo.
La magnitud de la victoria es el reconocimiento de la recuperación económica experimentada durante las presidencias del fallecido Néstor Kirchner y su viuda Cristina; al igual de la estabilidad política del mismo período.
Los juicios a los represores de la dictadura militar, la ley de matrimonio igualitario, la asignación universal por hijo y los subsidios a los servicios públicos son otros aspectos principales que contribuyeron al respaldo electoral que recibió el oficialismo.
También ha de contar la incapacidad de la oposición para forjar una alianza electoral que pudiera haber amenazado las aspiraciones de reelección de la presidenta.
Por otra parte, la creciente pobreza e inseguridad pública son dos importantes aspectos por solucionar para este nuevo término. Al mismo tiempo, dentro de la estabilidad económica hay previstos e imprevistos, como la tasa cambiaria, que queda pendiente por resolver.
No obstante, el mayor desafío para Fernández de Kirchner es la tentación autoritaria -dentro de una democracia- que surge de la concentración de poder que le da esta reelección. Su gobierno ha tenido fuertes choques y poca tolerancia con los medios de comunicación críticos a su gestión. Esperamos que el resultado electoral del domingo de pie a un segundo periodo donde sea prioridad el interés de todos los argentinos.
La reelección de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner marca un acontecimiento histórico en esa nación por el margen de la victoria electoral desde el retorno a la democracia en la década del ochenta.
La jefa de estado consiguió una victoria aplastante obteniendo más de la mitad del voto -a 35% de su rival más cercano- ganó en 23 de las 24 provincias argentinas y se quedó con el control de la Cámara de Diputados y del Senado mediante sus aliados políticos. Además de ser la primera argentina reelecta a la presidencia, ella encabeza un movimiento peronista que estará 12 años en el poder al término de su nuevo periodo.
La magnitud de la victoria es el reconocimiento de la recuperación económica experimentada durante las presidencias del fallecido Néstor Kirchner y su viuda Cristina; al igual de la estabilidad política del mismo período.
Los juicios a los represores de la dictadura militar, la ley de matrimonio igualitario, la asignación universal por hijo y los subsidios a los servicios públicos son otros aspectos principales que contribuyeron al respaldo electoral que recibió el oficialismo.
También ha de contar la incapacidad de la oposición para forjar una alianza electoral que pudiera haber amenazado las aspiraciones de reelección de la presidenta.
Por otra parte, la creciente pobreza e inseguridad pública son dos importantes aspectos por solucionar para este nuevo término. Al mismo tiempo, dentro de la estabilidad económica hay previstos e imprevistos, como la tasa cambiaria, que queda pendiente por resolver.
No obstante, el mayor desafío para Fernández de Kirchner es la tentación autoritaria -dentro de una democracia- que surge de la concentración de poder que le da esta reelección. Su gobierno ha tenido fuertes choques y poca tolerancia con los medios de comunicación críticos a su gestión. Esperamos que el resultado electoral del domingo de pie a un segundo periodo donde sea prioridad el interés de todos los argentinos.
La presidenta argentina obtiene una inusual acumulación de poder.
La Opinión/ImpreMedia
