Maltrada por esposo narra su historia

NUEVA YORK – Una mujer indocumentada que sufrió por varios años el abuso constante de su esposo aseguró no arrepentirse de nada luego de que su hija lo denunciara y que el hombre fuera arrestado y deportado del país.

Lina, una mexicana de 39 años, que prefirió no usar su apellido en esta historia para proteger su identidad y la de sus hijos, sintió mucho miedo porque era indocumentada y de la noche a la mañana se vio totalmente sola con la responsabilidad de mantener a sus hijos.

“Le digo a otras mujeres que están siendo víctimas de sus esposos, que pueden salir adelante solas si le echan muchas ganas. Y que sí, pueden obtener la visa U [para víctimas de violencia doméstica] que les permite la estadía legal en el país, sin que tengan miedo”, dijo Lina, madre dos hijos y que ahora tiene la tranquilidad de tener los documentos para trabajar legalmente en el país.

La última vez que Lina fue agredida por su esposo –hace dos años y medio- su hija mayor Viridinia, fue la que tomó la decisión de llamar a la policía al ver que su madre sangraba profusamente.

“Lo hice porque quería ayudar a mi mamá. Me asusté mucho, pero lo tenía que hacer porque no sabia a donde iba a llegar”, relata la adolescente, agregando que “me sentí culpable al principio, pero ahorita he entendido que no soy responsable de lo que ocurrió”.

Lina se casó hace 15 años con su pareja en la ciudad de México, donde residía.

“A los pocos años de matrimonio las discusiones verbales se fueron poniendo mas fuertes hasta que mi esposo me pegó y nos separamos por seis meses”, explicó Lina.

Fue por su hija, que estaba muy apegada a su padre, que Lina admite que decidió volver a rehacer su matrimonio.

“No volvió a agredirme, así que cuando mi esposo decidió venir para Estados Unidos en busca de un mejor trabajo, al poco tiempo después, yo me vine con mi hijo menor”, indicó la mujer.

Viridinia, que quedó al cuidado de su abuela, vino sola desde México -cuando tenía 11 años- para reunirse con sus padres y su hermanito. La jovencita recuerda que luego de tres intentos de pasar la frontera y de que a su tía, que la acompañaba en la travesía no pudo cruzar, logró llegar gracias a unos amigos de su mamá.

Cuando ya estaban todos acá, según Lina, las discusiones volvieron a subir de tono, “mi esposo siempre estaba muy enojado porque no conseguía trabajo y el día del incidente, eso lo tenía muy furioso”.

“Quiero ayudar a mi mamá a salir adelante. Antes era mas unida con mi papá, pero ahora estoy más unida a mi mamá y la ayudo con mi hermanito de nueve años”, concluyó diciendo la adolescente.

Lidia Flores Bush, consejera del programa de Intervención a la Violencia, expresó que “en general es un esfuerzo muy grande el que las personas –desde temprana edad- tienen que hacer a diario para poder sobrevivir a la violencia doméstica”.

“Las víctimas pasan por múltiples etapas de culpabilidad y miedo, por eso se recomienda que busquen orientación, porque con terapia a las personas involucradas en estos episodios, se les ayuda entre otras cosas a cortar el ciclo de violencia que envuelve a la familia”, dijo la especialista.

La visa U, es concedida por el Departamento de Inmigración a las víctimas de crímenes de cierta categoría, entre los que se incluyen a los de violencia doméstica y les permite a las víctimas vivir y trabajar en los Estados Unidos y eventualmente pueden solicitar la residencia permanente.

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