Mesura con los indignados de Wall St.

La presión para disolver el movimiento Occupy Wall St. ha crecido en los últimos días, y rumores sugieren que el NYPD podría muy pronto entrar a la plaza y terminar la ocupación.

El alcalde Bloomberg debe pensarlo dos veces antes de expulsar a los manifestantes de Zuccotti Park.

Antes debe considerar que Occupy Wall St. –un movimiento global contra la avaricia corporativa– también expresa las preocupaciones de minorías de la ciudad afectadas por el desempleo, la debacle inmobiliaria y los recortes a servicios públicos críticos.

Versiones de la protesta Occupy Wall St. han sido replicadas en diferentes esquinas de la ciudad, con políticos latinos y afroamericanos en expreso apoyo a la manifestación. El lunes, por ejemplo, funcionarios electos y grupos comunitarios marcharán del Alto Manhattan a Zuccotti Park demandándole al gobernador Andrew Cuomo que renueve el llamado impuesto de los millonarios – un gravamen a los contribuyentes que ganan más, que el gobernador quiere eliminar.

Comparado con otras ciudades, a nuestro Occupy Wall St. le ha ido notoriamente bien y ha sido bastante pacífico.

Los manifestantes han superado todo pronóstico, lo cual puede poner a algunos incómodos. Pocos esperaban que se quedaran por una semana, menos aún más de un mes. Se creía que espantarían a los turistas y afectarían negativamente la economía, pero se han convertido en un destino para residentes y visitantes. Y se suponía que desaparecerían con la primera caída del termómetro, pero ya sobrevivieron una inesperada nevada otoñal.

La protesta aparentemente ha tenido resonancia entre los neoyorquinos, como se refleja en algunas encuestas que muestran franco apoyo.

La manifestación también representa una gran prueba para este alcalde en tiempo extra que frecuentemente muestra una desconexión con la realidad.

Pero si el alcalde repite los sucesos de Tompkins Square Park en Zuccotti Park sólo afianzaría su reputación como un gobernante autoritario y anti-democrático – tendencias que ya ha exhibido en su manejo de las escuelas públicas y sus maniobras para hacerse con un tercer período en la Alcaldía.

Claro que Occupy Wall St. no es un asunto fácil. Siendo una protesta abierta, Zuccotti Park ha atraído delincuentes y abusadores. Pero los neoyorquinos que han visitado la protesta, saben que es, por sobre todo, un lugar pacífico e impresionantemente organizado.

El alcalde debe reconocer que en este momento Occupy Wall St. no se debe a un lugar físico. Es un movimiento y una realidad social de nuestros tiempos. Lo haría mucho mejor si trabajara con los manifestantes para hacer de la ciudad de Nueva York un modelo de democracia.

Bloomberg debe trabajar con la Junta Comunitaria y los manifestantes, para crear condiciones que sean favorables para la mayoría. Debe permitirles instalar baños portátiles, dejarles usar tiendas para protegerse durante el invierno, remover las barricadas que tanto molestan a los residentes, hacer cumplir las ordenanzas contra ruido, y evitar el uso injustificado de la fuerza policial y gas pimienta.

Si esta protesta ha de disolverse, debe pasar orgánicamente, tal como comenzó.

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