¿Por qué me pegas?

Si tú eres más fuerte que yo… si tus manitas, pies, cuerpecito y tus órganos se formaron en un vientre como el mío… ¿por qué hoy me golpeas, me violas, me humillas, me callas, me matas? Si estamos aquí para amarnos, apoyarnos y respetarnos, ¿por qué descargas tu furia, tus frustraciones en mí y en nuestros hijos?

No te quiero llamar abusador, rehúso usar adjetivos que provoquen en ti más violencia. Quiero apelar a tus sentimientos, quiero que te toques por dentro, te palpes y te preguntes a ti mismo… ¿por qué nos golpeas, nos intimidas, nos insultas, nos prohíbes? Pregúntate por qué usas la violencia… si yo soy físicamente más frágil que tú. No entiendo por qué usas la fuerza para mantener el control y el poder sobre mí y nuestros hijos ¿Por qué me pegas? –si hasta el mismo lenguaje se acomoda a ustedes– decimos nosotros para referirnos a hombres y a mujeres, decimos niños para referirnos a hembras y a varones.

Estoy segura que si fueras mujer no quisieras ser golpeada, lastimada e insultada. ¡La verdad es que no entiendo!

¿Te gustaría ver que nuestro hijo repita tu conducta cuando crezca? Recuerda que si nuestros niños son testigos de abuso físico, están aprendiendo que los problemas y conflictos se afrontan con la fuerza. Por favor, evita que la violencia se transmita de generación en generación.

Soy tu pareja, tu esposa, tu novia, tu amiga, no objeto de tu propiedad. ¿Acaso tú destruyes y/o maltratas tu carro, tu rancho, tu caballo, tu dinero, tu carrera? Déjame conocerte, amarte y convivir contigo, enséñanos tu amor, –ese que reina en ti pero prefieres esconder– de ti espero amor y respeto, no golpes. Mi interés es quererte, abrazarte y apoyarte.

La alarmante ola de violencia hacia la mujer desconoce clase social o económica. No guardes el secreto de tu violencia –acepta que eres violento y busca ayuda– porque esa decisión te hará un ser valiente y en la valentía estriba la verdadera fuerza. Sé que la violencia es una terrible enfermedad sicológica que puede ser tratada ¡cúrate!

No pierdas la libertad de experimentar el amor, de disfrutar del día, de la noche, de la diversión, del conocimiento, de la familia y de compartir con tus amigos.

No seas parte de las estadísticas carcelarias, dile No a la violencia y Si al amor, a la sensibilidad y al respeto por los demás… recuerda que queremos tenerte a nuestro lado, la sociedad en general necesita de hombres sanos y te queremos seguir amando.

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