Pujols asombra mundo del béisbol

ARLINGTON, Texas/servicios noticiosos – Mucho antes de comenzar el cuarto juego de la Serie Mundial anoche, todavía repercutían en el ambiente del parque de los Rangers de Texas los celebres tres batazos de cuatro equinas del toletero de las Cardenales de San Luis, Albert Pujols.

Parte del público que asistió al juego 4 de este clásico de otoño disfrutó también, antes de las acciones, con más entusiasmo las prácticas de bateo del inicialista dominicano, considerado como el mejor jugador del béisbol de estos tiempos.

Y fue que Pujols habló con su bate en la mano, según comentaron medios que llenaron muchos espacios tras la hazaña del jugador de la Liga Nacional.

Pujols, el sensacional toletero dominicano y el bateador más temido en las Grandes Ligas, inscribió su nombre en un grupo selecto al convertirse en apenas el tercer jugador con tres jonrones en un juego del Clásico de Otoño. Babe Ruth (1926, 1928) y Reggie Jackson (1977) son los otros, recordó AP.

“Me siento bien orgulloso”, dijo Pujols. “Tengo gran respeto para esos peloteros. Lo más importante es que ganamos el juego. Yo no vine (al estadio) pensando en que iba a dar tres jonrones, vine tratando de ayudar ofensiva y defensivamente a mi equipo”.

Los tres jonrones del sábado en la noche fueron ante rectas. Cada uno desapareció por el jardín izquierdo. Todos fueron con signos de exclamación.

Al irse de 6-5, con cuatro anotadas, Pujols también se convirtió en el primer pelotero en la historia que dispara hits en cuatro innings sucesivos. Sus seis impulsadas empataron el récord en un juego, ahora junto a Bobby Richardson (1960) e Hideki Matsui (2009). Su total de 14 bases batió récord previo de Ruth y Jackson.

“Con el Babe y Reggie, vaya compañía”, dijo el manager de los Cardenales Tony La Russa.

¿No que los bates habían sido silenciados en esta serie?

En el juego 3 rugieron con todo. Luego de anotar ocho carreras entre ambos en los dos primeros desafíos, los Cardenales y Rangers igualaron esa cosecha en sólo cuatro entradas. El duelo terminó 16-7 también hubo una catarata de 23 carreras y 28 hits.

Y nadie estuvo más explosivo que Pujols, por lejos con la mejor producción individual de su trayectoria en las tres Series Mundiales en las que ha intervenido.

Su palo de tres carreras ante Alexi Ogando en el sexto episodio fue descomunal, al viajar 423 pies por el jardín izquierdo. Luego que Texas se había acercado 8-6, el batazo del inicialista fue lo que hizo que los Cardenales se despegaran definitivamente en la pizarra.

Pujols aún tenía para más. Un inning después, la desapareció con un compañero en circulación ante Mike González.

Y completó la faena en el noveno frente a Darren Oliver, aunque sin nadie en circulación.

Pujols se había ido en blanco en los seis turnos previos que había tomado en la serie, acentuando un patrón negativo con promedio de .222 (ocho hits en 36 turnos) con un jonrón y dos remolcadas al combinar sus dos anteriores Series Mundiales en 2004 y ’06.

También llegó asediado por críticas, luego que en el segundo juego no formuló declaraciones a la prensa. Pujols, quien cometió un error clave que facilitó una remontada de los Rangers para salir victoriosos 2-1, adujo que se marchó porque nadie pidió hablar con él.

El sábado, con un día de descanso de por medio, Pujols habló con el lenguaje de los hits.

“Si no dejas que las frustraciones (te afecten), las bendiciones vienen”, afirmó.

Luego que los dos primeros encuentros fueron de marcado dominio de los lanzadores, el cambio de clima -del frío de San Luis al calor en el norte de Texas- obviamente incidió en el estallido ofensivo.

“En este estadio la pelota viaja más que en San Luis si dejas la pelota muy arriba en la zona”, dijo Pujols.

Treinta y seis de los 54 equipos que han ganado el tercer juego para irse arriba 2-1 han terminado consagrándose campeones, incluyendo 10 de los últimos 11.