Religiosos ven inmigración como ‘llamado de Dios’
ALBUQUERQUE, Nuevo México/AP – Ante la promulgación de leyes en algunos estados contra los inmigrantes que carecen de permiso para vivir en el país y la aversión de los legisladores federales a aprobar reformas al respecto, diversos líderes religiosos han intervenido: el asunto les parece un llamado divino a actuar.
Estas figuras eclesiásticas han organizado manifestaciones, recorrido a pie parte del desierto de Arizona y recabado testimonios de inmigrantes.
Reverendos y ministros ayunan, son arrestados y a veces exponen su salud en un intento por llamar la atención hacia lo que consideran el trato inhumano que reciben los inmigrantes y hacia las leyes dirigidas contra estas personas.
Una iglesia Unitaria en Nuevo México envía suministros a la frontera en asistencia para quienes sean deportados.
Los líderes ecleasiásticos, reunidos en una coalición, se han congregado para censurar los controles migratorios de la Policía bajo una estatua de Anne Hutchinson -figura religiosa de los tiempos de la colonia en Estados Unidos- en el Capitolio de Massachusetts.
Una ministra metodista en Texas recita a Isaías 58:6 -un pasaje sobre el rompimiento de las cadenas de la injusticia- cuando es encerrada en prisión por participar en una protesta con estudiantes sin permiso para estar en el país afuera del despacho de un senador federal.
“Algunos de nosotros estamos muy convencidos del asunto”, dijo el reverendo Peter Morales, presidente de la Asociación Universalista Unitaria, quien en 2010 fue arrestado junto con defensores de los inmigrantes en Arizona durante una protesta contra la estricta ley de inmigración del estado.
“Se trata de un problema humanitario”, apuntó.
Desde Nueva York hasta Utah y en una amplia gama de denominaciones, los líderes religiosos han aprovechado sus posiciones desde los púlpitos en un intento para influir en las normativas o convocar a los creyentes a las protestas.
A principios de 2011, por ejemplo, más de 20 líderes religiosos y encargados de organizaciones de caridad dirigidas por iglesias en Alabama censuraron una nueva ley dirigida contra los inmigrantes porque les impediría brindar a los pobres alimentos, abrigo y transporte.
En 2010, la iglesia católica de St. Leo, en Queens, Nueva York, envió al senador Chuck Schumer el testimonio de más de 230 personas que solicitaban una reforma a las leyes de inmigración.