Soñadores: alentando a otros a no temer

Al llegar al parque de casas móviles no quedó duda de dónde estaba el grupo de Soñadores o DREAMers de la organización Dream Activist que se mudó a un lote en esta localidad de Alabama para ver de primera mano lo que están experimentando los inmigrantes con la puesta en marcha de la HB 56. El cruzacalles colocado en la parte de enfrente de la casa móvil lee “Indocumentado y sin miedo”.

El lazo que une a estos jóvenes con la comunidad bajo sitio en Alabama es que todos son indocumentados.

La movilización nacional de los Soñadores y las redes que los agrupan fue instrumental en lograr que el proyecto DREAM Act, que legalizaría a jóvenes indocumentados que estudien o sirvan en las Fuerzas Armadas, llegara a ambas cámaras del Congreso. Se aprobó en la Cámara Baja pero no en el Senado. Los jóvenes mantienen la presión y también han dicho presente en las luchas contra leyes antiinmigrantes estatales.

“No somos de Alabama pero sí vinimos a trabajar en la comunidad, por qué no estar con ellos, ver por lo que están pasando, las injusticias. Es una manera de decirle a los jóvenes y a la comunidad que no hay que tener miedo y que hay que luchar contra estas leyes racistas”, indicó Isabel Castillo, quien se crió en un parque de casas móviles en Virginia. “Además, como ellos, soy latina y soy indocumentada”, agregó.

Para Santiago V. García, otro de los Soñadores que se mudó a esta comunidad, ser indocumentado hace que haya empatía. “A tí te puede pasar lo mismo que a mí, pues entonces hablemos. Nosotros también somos indocumentados. Si llega inmigración a nosotros también nos pueden llevar. No somos nada diferente a ellos”, afirmó.

Su casa móvil se está convirtiendo en centro de reunión con miembros de la comunidad, sobre todo niños y jóvenes. Ya ofrecieron un primer taller para escuchar y documentar cada historia.

“A una de las personas, su hijo estaba detenido. Hemos escuchado de policías locales sobornando a la comunidad indocumentada, y lo obvio, de niños sobre el bullying (hostigamiento) en las escuelas, a personas que les han negado servicios médicos”, narró Santiago. “Si queremos ayudar a la comunidad, tenemos que ser parte de la comunidad, quererlos y escucharlos porque son nuestra comunidad. Eso nos motivó a vivir aquí”, añadió.

Mohammad Abdollahi, cofundador de Dream Activist, indicó que “esperamos compartir lo que sabemos con otras personas para que se sientan inspirados, motivados a organizar su comunidad”.

“Nuestro papel es sólo pasar las herramientas que tenemos. Hay que reconocer que en cierto sentido somos privilegiados, y podemos dar de lo que hemos aprendido a esta comunidad”, afirmó.

La mutua conexión que tienen todos, indicó Santiago, es que sin el DREAM Act para unos y con la HB 56 en Alabama, todos se hacen la misma pregunta: “¿Regreso a mi país o me quedo aquí luchando? ¿Sigo luchando o me doy por vencido?”

Estos jóvenes al menos no dan señales de darse por vencidos.

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