¿Y el gringo dónde está?

El Departamento de Justicia Federal de los Estados Unidos hizo público un reporte sobre una investigación sobre la violación de derechos civiles de la Policía de Puerto Rico. Esta investigación fue solicitada por la ACLU, capítulo de Puerto Rico.

El informe dice -entre muchas cosas- que hay una cultura de violencia y de corrupción en la Policía en Puerto Rico. Sí, la Policía de Puerto Rico está podrida de corrupción. Sí, la Policía de Puerto Rico como institución represiva en la futura república debe ser abolida y deberá evaluarse si algo parecido sería necesario o no y que forma debería tener. Sí, todas las administraciones coloniales son responsables de la sistemática represión del pueblo en beneficio de las corporaciones y de las clases adineradas.

Lo que falta en toda esta fiesta de señalamiento que se ha convertido el informe del departamento de justicia federal es: ¿Y dónde está el gringo? Ahí el informe calla, ahí hay un silencio sepulcral. Y ahí está la falla fundamental de este informe pues no va a la raíz. Porque la fuente, modelo e inspiración de las políticas de represión, violencia, persecución, vigilancia, ataques al pueblo vienen de las instituciones policiales-militares de los Estados Unidos que son los instrumentos de imposición del régimen colonial en Puerto Rico.

La historia de nuestra matria-patria está llena de todos los eventos de violencia a la que la población del país ha sufrido desde la invasión militar del 1898 hasta hoy, 113 años de violencia institucional impuesta por todas las agencias federales en Puerto Rico.

Esterilizaron a nuestras mujeres; nos asesinaron a mansalva; nos encarcelaron por demandar nuestra independencia; nos persiguieron y nos persiguen con sus gran jurados, con sus intercepciones telefónicas; nos fuerzan y forzaron a emigrar; nos esclavizaron a la dependencia económica; nos sometieron a una violencia cultural-social al tratar a la fuerza, de que renunciáramos a la identidad cultural basada en nuestro idioma y aprendiéramos el difícil; hicieron y hacen infinidad de experimentos en nuestras tierras y con nuestra gente. Se apropiaron y contaminaron extensas áreas geográficas de nuestro amado lar.

Sometieron y someten a las hermanas islas de Culebra y Vieques a una continua violencia militar y tortura sicológica, física y emocional. Hoy, someten a la población a una violencia continua de derechos civiles imponiendo las medidas contenidas en su “Ley de seguridad Patriota”, como resultado de su guerra contra el terrorismo, su guerra, no la nuestra basada en mentiras, genocidios y tortura.

No nos llamemos a engaños, la raíz de la violencia institucional en Puerto Rico está directamente relacionada, expresada y ejemplarizada por la relación colonial de Puerto Rico que es esencia una relación de violencia, social, militar, institucional espiritual y emocional.

Hay que observar todo esta tragicomedia de hipocresías con cuidado, el gringo no es menos responsables de la violación sistemática de los derechos de todos los puertorriqueños. Esa ha sido la razón de vivir de su colonial régimen en Puerto Rico y ahora se rasgan las vestiduras señalando la sangre en la ropa de la policía local cuando sus manos y su cuerpo están bañadas en la sangre del pueblo puertorriqueño.

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