Pasar el salario justo

El salario mínimo del Estado de Nueva York ha permanecido estancado en $7.25 la hora desde hace años. Esto significa que muchos neoyorquinos continúan viviendo con esa ínfima cantidad mientras el costo de vida ha aumentado en la ciudad.

Ayer, el Concejo Municipal discutió un proyecto de ley que podría cambiar esto. La Ley de Salarios Justos le requeriría a los empleadores que reciben subsidios significativos de la ciudad que paguen a sus trabajadores por lo menos $10 por hora más beneficios, u $11.50 por hora sin beneficios.

Promocionar la medida ha sido cuesta arriba. El alcalde Bloomberg, un ferviente opositor de la propuesta, dio a conocer los resultados de un estudio que alega que imponer esas medidas a los empleadores tendría un efecto adverso y resultaría en la pérdida de 6,000 a 13,000 empleos de baja cualificación. Los resultados, sin embargo, fueron impugnados por otros expertos por motivos económicos e ideológicos. Convenientemente, los académicos involucrados en el estudio de la Alcaldía son conocidos por sus puntos de vista críticos del salario mínimo.

La mayoría de los concejales apoya la propuesta, incluyendo, lógicamente, los que representan a las comunidades latinas y afroamericanas, cuyos integrantes tienden a ganar salarios más bajos y han sido los más afectados por la recesión.

Pero el futuro del proyecto de ley depende de la voluntad de la presidenta del Concejo Municipal Christine Quinn, quien se ha negado a tomar una posición sobre el proyecto de ley hasta revisar su versión final y analizar sus implicaciones. La Presidenta tiene el poder para llevar el proyecto a votación – o bloquearlo- en el Concejo.

Legisladores y activistas a favor del proyecto de ley presentaron esta semana una propuesta modificada. Según la nueva versión del proyecto, sólo las grandes empresas que reciben $1,000,000 (antes era $100,000) ó más en recortes de impuestos y cuyos ingresos brutos son de $5 millones (antes era $1 millón) quedarían cobijadas bajo la legislación. Asimismo, se exonera a las entidades sin fines de lucro, los fabricantes, y proyectos de viviendas asequibles.

La intención es proteger a las empresas más pequeñas y concentrarse en en los grandes minoristas, para de esa manera elevar los estándares de compensación y animar a los desarrolladores a pagar salarios más altos.

La nueva propuesta es justa y merece la pena intentarla. Tal como es, el proyecto de ley sólo afectaría a una pequeña parte de los empresarios minoristas, pero ellos podrían constituir una muestra para que un grupo independiente estudie cómo la economía de la ciudad responde a un salario digno.

Hay suficientes razones para intentar esta idea. Con demasiadas familias trabajadoras luchando para llegar a fin de mes, el salario mínimo digno representa una oportunidad para mantener a trabajadores con bajos salarios alejados de la costosa asistencia pública. También estimularía la economía porque muy probablemente estos trabajadores gastarán los pocos dólares extras que ganan.

El alcalde Bloomberg es probable que vete la ley. Esto significa que el Concejo tiene que estar listo para anular ese veto. Pero primero el proyecto de ley tiene que llegar a votación.

Esperamos que la presidenta del Concejo preste atención a los legisladores que ella representa y le dé una oportunidad al proyecto de ley. Nuestro mercado de trabajo está fallando en dar a nuestros trabajadores una remuneración que les permita mantener a sus familias. Cuando el mercado falla, el gobierno debe intervenir.

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