Los padres que mienten al profesor

Un niño de seis años que está en primer grado maldice a sus compañeros en un momento de furia. Cuando la profesora lo corrige, él se lanza hacia ella y le cae a golpes mientras grita maldiciones. Obviamente, la escuela debe exigir responsabilidades a esta conducta. La madre está en la oficina del director y ella dice, “No entiendo este comportamiento. Él nunca hace esto en casa”.

¿De veras?

¡De veras! ¿Usted le cree? ¿Cree que un niño de seis años decidió un día en la escuela, por primera vez, maldecir y ser violento?

Lo dudo. Y para ser honesta, cada profesor y administrador de una escuela tampoco le creería a esta madre. Pero hay padres que siguen mintiéndole a la escuela. ¿Piensan los padres que el mentir los absuelve de cualquier responsabilidad? ¿Están los padres avergonzados y no desean sentir culpa por el comportamiento de su niño? ¿Desean cegarse a la situación, esperando que desaparezca? ¿Qué piensan que la escuela hará si admiten que este comportamiento también ocurre en el hogar?

El trabajo del profesor es familiarizarse con el estudiante. El maestro quiere saber cómo él aprende, qué intereses tiene, qué habilidades tiene o no tiene, qué le preocupa, qué le hace reír, y mucho más. Mientras tanto, los padres son los expertos sobre este niño, NO la escuela. Por lo tanto, la escuela confía en los padres para proveerles toda la información necesaria sobre este estudiante. Y cuando los padres se hacen los mudos o ignorantes están creando un obstáculo a la capacidad de la escuela para ayudar al niño, y por consiguiente su aprendizaje.

Que refrescante es cuando los padres entran a la oficina del director y dicen la verdad. Ellos comparten su lucha diaria con su niño, lo que han hecho que es efectivo, y lo que no es. Cuando nos dejan saber si algo está ocurriendo que puede afectar al estudiante nos ayudan a prepararnos para ayudar el niño. Entonces juntos podemos ayudar a su niño a tener éxito. A menudo la escuela puede ofrecer recursos a la familia de apoyo para enfrentar sus circunstancias.

Lo esencial es que los padres y los profesores juntos quieren el éxito del estudiante. Un estudiante que sufre académicamente o por su comportamiento necesita que sus padres y el maestro sean socios, trabajando juntos para encontrar la llave a su éxito académico. La colaboración entre padres y escuela es esencial para el éxito del estudiante.

La próxima vez que se sienta tentado a ocultarle información al profesor de su niño, piense en esto: Si el profesor de mi niño supiera esta información, ¿le ayudaría a entender mejor a mi hijo? ¿Lo trataría con más compasión? ¿Me darían más recursos? ¿Me ayudaría? ¿Me ayudaría a ayudar a mi niño?

Yo creo que la respuesta sería-sí.

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