Instruyen de cargos a niñera hispana

Su bogada explica razones que tuvo para desaparecer con la niña que cuidaba

Beatriz Ríos y la niña con la que desapareció,  Anabelle Ceria, de 17 meses.

Beatriz Ríos y la niña con la que desapareció, Anabelle Ceria, de 17 meses. Crédito: NYPD

MANHATTAN – El caso de la niñera Beatriz Ríos, 46 años, que desapareció durante ocho horas con la niña que cuidaba, se trataría de una dolorosa serie de sucesos que llevaron a un malentendido, según indicó ayer su abogada Augharad Vaughan.

Ríos fue instruida de cargos anoche en la Corte Criminal de Manhattan donde se le fijó una fianza de $10,000 en bonos o $5,000 en efectivo, según informó la fiscalía de ese condado.

Asimismo, se emitió una orden de protección para la menor y su padres, fijándose la nueva fecha de comparecencia para el próximo martes 6 de diciembre.

El esposo de Ríos, sus dos hijas y varias amigas, se encontraban en el tribunal, donde fue instruida de cargos por tres delitos menores: retención ilegal, interferencia de custodia y poner en peligro el bienestar de una menor.

De acuerdo a lo establecido, el miércoles a las 9:30 a.m. Ríos salió de la casa de la familia con la que lleva trabajando cuatro años, primero cuidando a los hijos mayores -ahora en edad escolar- y ahora a la hija menor, Anabelle Ceria, desde que nació hace 17 meses.

Según explicó Vaughan, Ríos se dirigió desde la calle 101 Este de Manhattan hasta el Parque Central, a la espera de que fueran las 10:30 a.m., hora en que la niña iba a jugar con unos amiguitos.

De acuerdo a la abogada, en el camino, Ríos fue asaltada por dos individuos que le robaron teléfono, joyas, su monedero y hasta el carrito de la niña, lo que la dejó conmocionada, pensando que se querían llevar a la menor.

Aterrorizada, la mujer trató de regresar a la casa con la niña en sus brazos, pero desorientada por el trauma caminó por el parque perdiéndose y acabando en el lado Oeste de la ciudad, en Columbus Circle, en la interseción con la calle 59, según indicó la abogada.

Sin dinero, Ríos se subió a un autobús y pidió al conductor que la dejara viajar sin pagar porque le habían robado. Así pudo llegar al lado Este, pero no cerca de la casa. Cuando finalmente encontró el camino a la vivienda, alrededor de las cinco de la tarde, la policía y la prensa tenían acordonado el lugar. Su desorientación fue aún mayor cuando la uniformada se la llevó para interrogarla, dijo la abogada.

La familia desesperada porque no contestaba al teléfono y no se habían presentado a la cita de juegos había denunciado la desaparición de ambas.

La familia de Ríos rehusó formular declaraciones, pero la abogada indicó que lo lógico será que se descarte el caso, ya que sus empleadores tienen buena opinión de ella y probablemente no ratifiquen la demanda.

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