Houston va en serio

Guiados por el novato TJ Yates, los Texans aseguraron su primera participación en la postemporada

El novato mariscal de campo, TJ Yates, ha cumplido a cabalidad con la misión que le encomendaron los Texans, que están en playoffs por primera vez en su historia.

El novato mariscal de campo, TJ Yates, ha cumplido a cabalidad con la misión que le encomendaron los Texans, que están en playoffs por primera vez en su historia. Crédito: efe

No se sorprendan si no les suena el nombre de T.J. Yates. Ni siquiera vistió los primeros once juegos, pero hoy día es el mariscal titular del equipo sede en la Conferencia Americana. En dos semanas de bomberazos, Yates ha completado apenas el 55% de sus pases, tres pases de anotación contra una sola intercepción y rating modesto de 82.3. No es Aaron Rodgers, ni Tom Brady, ni Drew Brees, ni tampoco Tim Tebow, gracias a Dios. Pero no le ha quedado grande el saco y encontró la manera de sacar dos victorias consecutivas para poner a Houston en el mapa de su conferencia.

Además, los Texans no necesitan un Rodgers, Brady o Brees por el momento. Perdón, fui un loco y retiro lo dicho. Cualquiera desearía y aprovecharía un Rodgers, Brady o Brees. El punto es que Houston tiene la fuerza defensiva y el ataque por tierra para brindarle aire al muchacho Yates.

Bill Parcells lo explicaba como un conductor capaz en días de juego. T.J. tiene el potencial de convertirse en mucho más, pero por el momento los Texans solo necesitan un conductor capaz y Yates ha respondido, gracias a la confianza del entrenador Gary Kubiak, un mariscal de campo ‘regularsón’ en su carrera por la NFL.

Lo cierto es que los astros parecen alinearse en Houston para algo especial, en contraste con Dallas, donde solo se vislumbra un eclipse total.

Kubiak ha manejado ausencias de Arian Foster, Andre Johnson y dos mariscales, Matt Schaub y Matt Leinart, mientras que Wade Phillips tiene a la defensiva de los Texans como una de las más fuertes en la liga entera.

Hay algo especial cocinándose, extremadamente raro en Houston, pero muy emocionante. Falta la mejor parte, el desenlace.

No se pierdan la acción en la NFL y veamos lo más destacado para este fin de semana.

Resto de la jornada (a seguir):

Detroit (8-5) en Oakland (7-6):

Los Lions aprovecharon algo de buena suerte, por fin, para librar a Minnesota la semana pasada, apoderándose de la última plaza a los playoffs por el momento. La buena suerte de Detroit, combinada con la mala suerte de los Bears y los lapsos mentales de Marion Barber, tienen a los Lions con el control de su propio destino. Regresa Ndamukong Suh después de una suspensión para complicarle la vida al quarterback de los Raiders, Carson Palmer. Un día malo lo tiene cualquiera, pero son ya tres encuentros en los que Palmer sufre un mínimo de tres intercepciones, todas derrotas de Oakland, y la racha de dos perdidos vino en el peor momento, la recta final de diciembre. La ofensiva de Detroit es cuarta en la liga en puntos y quinta por pase, mientras recordamos que los Packers le metieron 46 a los Raiders. Carson Palmer no ha sido la pieza clave a la que apostó el entrenador de Oakland, Hue Jackson, ni tampoco dispone de su corredor estrella Darren McFadden por el momento. Demasiada adversidad por superar para los Raiders, más el fenómeno de Tebow en Denver.

N. Inglaterra (10-3) en Denver (8-5):

Hablando del buen Tebow, la pregunta de los 64 mil dólares es exactamente cuánto durará el fenómeno de Tebow como el Mesías de los Broncos. Cada semana la crítica se intensifica, pero ya son siete victorias contra una sola derrota como titular para Tebow. Completó apenas tres pases en los primeros tres periodos el domingo pasado antes de cerrar fuerte. Digo “cerrar fuerte” entre comillas. Denver empató con un gol de campo de 59 yardas y ganó en tiempo extra con otro de 51 yardas. O sea, ¡guió su ofensiva hasta media cancha! Increíble. No todo es armonía con los Patriots a pesar de su record de diez ganados, tres perdidos. Tom Brady, quarterback, en Nueva Inglaterra se agarró a gritos con su coordinador ofensivo la semana pasada, a tal grado que tuvo que intervenir el entrenador en jefe Bill Belichick. Memo a los coaches en Nueva Inglaterra: no busquen pleito con el mariscal estrella, llevan todas la de perder. Les aseguro que es más fácil encontrar otro coordinador ofensivo que un mariscal de campo de la talla de Brady.

Baltimore (10-3) en San Diego (6-7):

Menos mal que los Chargers son de San Diego, porque lo que necesitan es un verdadero milagro. Los Chargers están en cuidado intensivo, a dos juegos de los Broncos cuando faltan tres semanas. Necesitan intervención divina para frenar el fenómeno Tebow y rezar que Denver se desplome ante potencias como Buffalo y Kansas City en las últimas dos semanas. Lo sentimos San Diego. Y lo bien que me caían los Chargers. Por el otro lado, los Ravens marchan en plena pelea por la sede de su conferencia y eso vale oro en la Conferencia Americana. No les ha pegado la ausencia de cuatro semanas sin líder, el apoyador Ray Lewis, gracias al liderazgo de otro apoyador veterano Terrell Suggs con sus 13 capturas de mariscal de campo. Baltimore necesita el equilibrio por tierra, especialmente en diciembre y enero para competir contra Pittsburgh, Nueva Inglaterra, Jets y ahora Houston.

Pittsburgh (10-3) en San Francisco (10-3):

Los 49ers hicieron el oso la semana pasada en Arizona, al caer ante los Cardinals y su mariscal suplente. Quizás la ausencia de Patrick Willis, su apoyador estrella y líder espiritual de su defensiva, se hizo notar. San Francisco ya aseguró su calificación y puede darse el lujo de prepararse para los playoffs, pero retos como el del domingo contra los Steelers no indicarán si los 49ers son en verdad contendientes en enero. Pittsburgh también jugará sin su mejor apoyador, James Harrison, quien como nos tiene acostumbrados no solo fue multado sino suspendido por un golpe violento sobre Colt McCoy, quarterback de los Browns, la semana pasada.

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