Monterrey vale un quinto

Los Rayados quedan en el lugar cinco del Mundial de Clubes de Japón

Aldo De Nigris al momento de conectar de cabeza el balón que se anidó en las redes del Esperance para adelantar a los regios 2-1.

Aldo De Nigris al momento de conectar de cabeza el balón que se anidó en las redes del Esperance para adelantar a los regios 2-1. Crédito: EFE

TOYOTA, Japón (EFE).- El Monterrey mexicano se alzó ayer con el quinto puesto en el Mundial de Clubes 2011 tras ganar por 3-2 al Esperance Sportive tunecino, sobre el que impuso su mayor nivel futbolístico en el terreno de juego desde el inicio.

El Estadio Toyota, en la provincia japonesa de Aich, fue el escenario de un partido animado, en el que los Rayados obtuvieron la victoria gracias a su apuesta táctica y su mayor calidad.

A diferencia del partido frente al Kashiwa Reysol, el técnico Vucetich reforzó el centro del campo con un hombre más y alineó a un solo punta, De Nigris, para intentar ganar más llegada por las bandas.

Fue concretamente por el flanco izquierdo por donde el equipo mexicano hizo más daño mediante la incorporación del ecuatoriano Ayoví.

Gracias a sus envíos, De Nigris dispuso de dos remates que mandó desviados y Chávez tuvo una gran ocasión, pero su disparo, atajado por Ben Cherifia, se negó a entrar.

El Esperance apostó por el mismo dibujo que ante el Al-Sadd, aunque la ausencia de Darragi, le restó mucha claridad en la salida del balón.

Carentes de profundidad, los tunecinos encontraron el gol en el 31′ en su única llegada de la primera parte, a través de un despeje largo que permitió a Ndjeng ganar la posición a Mier, encarar la portería y fusilar a Orozco.

Se animaron los tunecinos y su ruidosa afición con el gol, pero los mexicanos, con mejor movimiento del balón, no se amedrentaron y mantuvieron su propuesta de inicio.

El premio del Monterrey llegó tras un tiro de esquina en el 39′, cuando Mier disparó con furia desde el área grande una pelota rebotada, primero por el portero y luego por el larguero, tras respectivos remates de Basanta y Santana.

Los Rayados mantuvieron entonces la presión, y De Nigris cabeceó el segundo después de otro saque de esquina cinco minutos más tarde.

La afición regiomontana rompió en sonoros gritos de júbilo tras el gol que adelantó a su escuadra.

Nada más arrancar el segundo tiempo, De Nigris acomodó con la cabeza un centro desde la derecha para dejarle en bandeja el tercer gol mexicano a Zavala.

Ya en el último tramo, el partido se enfrío pese a los ardientes cánticos de la afición tunecina, que alentó a su equipo en pos de una remontada que no se dio a pesar del gol de Mouelhi al 76′.

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