A prisión por recetas falsas

NUEVA YORK – Suzanne Benizio, 49 años, lideraba una empresa criminal en la que sólo había beneficios, ya que los costos los pagaban los contribuyentes, según admitió en una declaración.

Benizio se declaró culpable en la corte suprema de El Bronx de falsificar entre el 2009 y el 2011 más de 250 recetas que proporcionaron unos 20,000 estupefacientes y analgésicos adictivos. Utilizando talonarios que robaban en los hospitales rellenaban las recetas bien a mano o utilizando una computadora y prescribían entre otras medicinas OxyContin y Roxicodone, presentándolas en farmacias de 20 condados a nombre de beneficiarios de Medicaid. En el pliego de cargos de la acusación se calcula que el estado pagó más de $200,000 por esas medicinas.

Benizio será sentenciada el próximo 7 de febrero por el juez J. Dawson quien puede imponerle de cuatro a ocho años de cárcel, la primera vez en su vida que cumple pena de prisión a pesar de ser una criminal de carrera.

“Hemos acabado con un plan temerario a través del cual se suministraba droga con receta a expensas de los contribuyentes y las personas implicadas tendrán que rendir cuentas”, indicó en un comunicado el fiscal general Eric T. Schneiderman.

Schneiderman indicó que aunque las condenas son fundamentales para eliminar el fraude y abuso de Medicaid, el mejor instrumento es la ley que propuso en junio “I-stop” (Sistema de seguimiento a la prescripción excesiva en Internet) pero que no ha sido aún aprobada por la Legislatura estatal.

En ella se propone la creación de una base de datos para el seguimiento de las prescripciones de sustancias controladas. Los médicos, antes de prescribirlas, deberán revisar la base de datos y asegurarse que la prescripción es medicamente necesaria y no simplemente un acceso a narcóticos. Los farmacéuticos también deberán confirmar que las recetas de estas sustancias se hicieron al paciente para evitar las falsificaciones y fraudes de recetas.

En su propuesta de ley, Schneiderman argumentaba que la base de datos ayudaría asimismo a acabar con la práctica de “salir a buscar recetas”, visitando a diferentes médicos y farmacias para obtener los medicamentos. Con información en tiempo real, los médicos y los farmacéuticos podrán realizar un seguimiento a posibles abusos, el tratamiento de la adicción y detener a los que permiten y se benefician de la utilización ilegítima de los medicamentos recetados.

“I-stop desarticularía cualquier esfuerzo para canalizar los medicamentos recetados antes de que sean dispensados y distribuidos”, declaró Schneiderman.

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