Deseos navideños
Como cada año para esta época, la gente se prepara para celebrar el nacimiento del Niño Jesús, el cual trae esperanza, sueños y metas, es tiempo para soñar, reflexionar y poner en orden nuestros pensamientos.
Esta festividad nos remonta al nacimiento de Jesús y todo lo que conlleva su historia, aun para aquellos que no tienen creencias religiosas, todos esperan como aquel niño en el pesebre, algún presente, otros desean justicia e igualdad de condiciones.
Tienen la esperanza que al despertar encontrarán un nuevo día, lleno de amor y la alegría de un mañana mejor, sin egoísmo, con verdaderos políticos que amen a su prójimo como a ellos mismos.
Es difícil pensar que en estos momentos, donde los valores morales se han perdido, donde la sociedad como núcleo familiar se sumerge en el fango, que cada niño despierte con un simple juguete o con la esperanza de un futuro prometedor.
Niños que sueñan con un mundo ideal, donde la educación sea su norte, donde su salud no esté en juego y puedan poseer un techo digno de un ser humano.
Donde la realidad no sea tan dura y la vida no le enseñe que para comer, tienen que ganarse el pan con el sudor de su frente, aunque apenas sean unos niños, que han tenido que cambiar los juguetes por unas cajas de limpiar zapatos.
Muchachos que tienen hambre de justicia, pero que tienen sueños y que tal vez el mañana que se aproxima les de una tranquilidad para vivir su infancia.
Que con cada puesta de sol haya una esperanza, un nuevo amanecer, donde el hambre no perturbe sus pensamientos y deseos de superación.
Que nuestros niños no pierdan el deseo de seguir hacia delante y no quieran repetir el patrón de conducta dictado por un hogar disfuncional que por azar de la vida les tocó vivir.
Deseo que en estas festividades nuestros niños sueñen, sueñen que juegan, que vivan su niñez, porque un niño feliz será un hombre feliz. Ojalá y que cada niño en el mundo tenga un motivo para sonreír en esta época del año: el nacimiento del Niño Jesús.