Guerra electoral

Nadie puede negar la importancia de las elecciones presidenciales de noviembre. El presidente Barack Obama, en medio de una enorme crisis económica, quiere un país más igualitario, en el cual los pobres y la clase media tengan mayores oportunidades y los ricos paguen más por el privilegio de vivir en este país. Los republicanos quieren reducir el tamaño del gobierno y permitir que la empresa privada sea el motor que impulse la economía.

Hoy día el gobierno está estancado. Las elecciones pueden esclarecer el panorama; particularmente si el candidato republicano es Newt Gingrich. Gingrich, al igual que Reagan, puede llevar a los republicanos a una victoria aplastadora. Pero también se expone a cometer errores que les den la oportunidad a los demócratas a recuperar la Cámara de Representantes, y mantener el control del Senado y del Poder Ejecutivo.

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