Marchan contra las armas de fuego

El pasado 20 de agosto, Angel Olmo, de 32 años, se convirtió en una de las 18,000 víctimas fatales de violencia.

La actividad se realizó en memoria de todas las víctimas de violencia con armas de fuego en el primer aniversario de la balacera de Tucson, que dejó seis muertos y 13 heridos, incluyendo a la congresista Gabrielle Giffords.

La actividad se realizó en memoria de todas las víctimas de violencia con armas de fuego en el primer aniversario de la balacera de Tucson, que dejó seis muertos y 13 heridos, incluyendo a la congresista Gabrielle Giffords. Crédito: JOSE ACOSTA / EDLP

NUEVA YORK – El pasado 20 de agosto, Angel Olmo, de 32 años, se convirtió en una de las 18,000 víctimas fatales de violencia con armas de fuego que ocurren en los Estados Unidos cada año.

Olmo se encontraba en una estación de gasolina en la ciudad de Syracuse, Nueva York, y en medio de una discusión con Josué González, de 29 años, éste presuntamente sacó una pistola semiautomática, calibre 45, y le quitó la vida de tres balazos en el pecho.

Caridad Wilkirson, hermana de Olmo, dijo que si González no hubiera estado armado, la discusión no habría terminado en tragedia. Por ello, Wilkirson, portando una pancarta con fotos de su hermano, se unió ayer a la marcha y vigilia “Too Many Victims”, en honor de las víctimas de violencia con armas, organizada por la New Yorkers Against Gun Violence y la National Action Network, dos organizaciones que trabajan para crear conciencia y reducir la violencia con armas.

“Las autoridades tienen que hacer algo para sacar las armas de las calles”, dijo Wilkirson. “Hay estados donde cualquier persona puede comprar un arma sin que antes les revisen sus antecedentes penales. Si no fuera tan fácil adquirir armas, mi hermano y muchas víctimas de armas de fuego hoy estuvieran vivas”, señaló.

La actividad de ayer se realizó en memoria de todas las víctimas de violencia con armas de fuego, y marcó el primer aniversario de la balacera de Tucson, Arizona, donde la congresista Gabrielle Giffords y otras 12 personas resultaron heridas, durante una reunión en el estacionamiento del supermercado Casas Adobes. Seis personas murieron en el tiroteo, incluyendo el juez John Roll, un miembro del equipo de Giffords, y un niño de nueve años.

Más de 5,000 personas fueron baleadas en Nueva York en los últimos dos años.

Jackie Hilly, directora ejecutiva de la New Yorkers Against Gun Violence, dijo que aunque el estado de Nueva York cuenta con buenas leyes de control de armas, desgraciadamente entran demasiadas armas ilegales de otros estados, al punto de que nueve de cada 10 armas involucradas en crímenes en Nueva York, son compradas en otros estados.

“Demasiadas personas mueren cada año en este país, porque las armas fluyen libremente y caen en manos de criminales, abusadores domésticos, y otras personas que no deberían tenerlas”, señaló Hilly.

El senador estatal Bill Perkins dijo que en Nueva York se necesitan más legislaciones que hagan más difícil que las armas caigan en las manos de los jóvenes, “y sistemas electrónicos que nos permitan rastrear armas”.

Martina García, presidente de la organización For Live, dijo que en las comunidades se necesitan más fondos para empleos para los jóvenes, “ya que es uno de los mejores modos de evitar que éstos se involucren en actividades con armas”.

Iesha Sekou, directora ejecutiva de Street Corner Resources, organización que lucha contra la violencia con armas llevando talleres educativos a las escuelas, dijo que “el problema que tenemos ahora es que no hay suficientes recursos para prevenir la violencia con programas para los jóvenes”.

“Nosotros no creemos que la solución sea encarcelar a nuestros jóvenes, sino prevenir la violencia evitando que las armas lleguen a nuestras comunidades”, dijo Sekou.

Theresa Freeman, presidente del capítulo de Manhattan de la National Action Network, dijo que la comunidad debe levantarse para detener la violencia, “porque muchos niños y jóvenes están muriendo a causa de la presencia de armas en los vecindarios”.

La congresista Carolyn McCarthy, autora de una de las leyes más significativas en contra de la venta ilegal de armas de fuego, dijo que los estadounidenses deben unirse como una sola nación en respaldo de las víctimas de armas de fuego, “tanto emocionalmente como con nuestro trabajo en nuestra vida pública”.

La marcha comenzó frente al edificio estatal de la calle 125, y concluyó en el Schomburg Center, en la calle 135 y la avenida Lenox.

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